A plena luz del día, fingen haber sufrido un robo, piden ayuda a vehículos particulares que solidariamente se ofrecen a auxiliarlos, y una vez a bordo, atacan y asaltan a sus conductores.
La ola de inseguridad que golpea en distintos puntos del país no da tregua y el ingenio de los delincuentes para aprovecharla no deja de sorprender.
Este jueves, alrededor de las 15 horas, un hombre que se encontraba a bordo de su auto aguardando el cambio del semáforo en Avenida Almafuerte en dirección hacia el centro, a la altura del mercado mayorista El Charrúa, observó a una joven mujer que gritaba desesperada pidiendo ayuda para su hermano que -supuestamente- había sido asaltado minutos antes.
El conductor del vehículo pudo ver a un hombre que yacía tendido en la vereda de enfrente “retorciéndose del dolor”, ante lo cual se ofreció a cargarlos en su auto para buscar atención médica.
Ambos subieron a la parte trasera del vehículo y camino al hospital la mujer le ruega al conductor pasar por la casa de su madre que viviría en la zona de la terminal de ómnibus, para que ella acompañara a su hermano al hospital.
Siguiendo las indicaciones de la joven, el conductor dobla en calle Saraví y a unos 20 metros es sorprendido por la mujer que se abalanzó sobre él, lo tomó del cuello y le exigió entregar el dinero, amenazando con matarlo.
Inmediatamente el otro sujeto que se encontraba en el asiento trasero –el hermano herido- acatando las órdenes de la mujer, tomó las llaves del auto, se abalanzó sobre el hombre y le arrebató el celular que se encontraba en el bolsillo izquierdo de la camisa.
Cuando el auto detuvo su marcha, la víctima que no atinó a resistirse, intentó tomar la billetera del bolsillo de su pantalón para entregarla a los delincuentes, quienes le exigieron destrabar las puertas para descender del vehículo.
Los delincuentes se dieron a la fuga en dirección a la terminal, propinando insultos de todo tipo al conductor, que afortunadamente sólo debió lamentar el robo de algunas pertenencias.
El caso fue relatado en las redes sociales por la esposa de la víctima, una vecina de la zona este de Paraná.
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