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01/04/2017

Concordia dijo BASTA: el fracaso del Poder contra la Marcha del pueblo

La Marcha contra la Inseguridad en Concordia puso en jaque las maniobras que usa la vieja política, que intentó desvirtuar el pacífico y masivo reclamo ciudadano para vivir sin robos, asesinatos ni narcotráfico. Imágenes

 

El intendente de Concordia, Enrique Cresto, puso en ejecución este viernes el "Protocolo de obstaculización” de las manifestaciones pacíficas de los ciudadanos que pretenden vivir y trabajar tranquilos -sin que los roben, sin que los maten- guiado por las mañas tradicionales de la vieja política que le teme a la movilización social, y que sólo busca defender a algunos “compañeros” de ruta.

Así podrían definirse las ridículas y obscenas maniobras que intentó perpetrar –sin éxito- el intendente de Concordia horas antes de la multitudinaria marcha que a gritos le pidió la renuncia a su amigo y compañero de ruta, el ministro de Gobierno, Mauro Urribarri.

Maniobras que estuvieron precedidas de una intención igual de torpe surgida de la Casa Gris –y ejecutada a través del senador Ángel Giano- para desprestigiar y “politizar” la marcha ciudadana.

Paradójicamente, todos los actores son concordienses que, en vez de estar en la piel de su pueblo, eligieron poner en marcha “el aparato”, desesperados por ocultar la demanda social, que se expresa en las calles cuando la gota rebalsa el vaso.

Lo que omitieron considerar los hacedores de la vieja política es que el pedido de mayor SEGURIDAD no nació este año. Que es electoral para el gobierno. No para quienes viven y trabajan todos los días azotados por el narcotráfico, los robos, los asesinatos.   

La serie de tretas -vergonzosas- para ensuciar, disuadir y desarmar el pedido de renuncia a un ministro provincial (también concordiense) no hace más que ratificar la regla de oro de la vieja política: “No hay nada más peligroso para el poder que la manifestación de la gente”.

La multitudinaria Marcha contra la Inseguridad en Concordia comenzó a poner en jaque a esa vieja política.

 

Cresto y el fallido intento antimarcha.

Primera regla del “Protocolo Antimarcha”: el tránsito debe ser un caos

Cresto ordenó a sus agentes municipales “no controlar el tránsito” para dificultar el normal desenvolvimiento de la marcha.

No había un solo inspector de tránsito que organizara la circulación de vehículos que a esa hora coincidían con cuadras y cuadras de vecinos que se sumaron a la protesta.

A pesar de que existía un pedido por escrito a la Municipalidad para que la Dirección de Tránsito cortara las calles durante la marcha y controlara la circulación, como habitualmente se hace en eventos tan masivos.

Cresto puso en práctica el protocolo antimarcha y no envió un solo agente de tránsito. Los vecinos debieron sortear autos y motos en su camino desde plaza Urquiza –donde concentraron- hasta plaza 25 de mayo, y luego en el trayecto hasta tribunales y la municipalidad.

Así se manifestaron, multitudinariamente, entre los autos

Asimismo todo se desenvolvió con absoluta tranquilidad. Es que Cresto olvidó que en su ciudad también los automovilistas son vecinos que padecen a diario la inseguridad y como era de esperar, supieron respetar a quienes se manifestaban también en defensa de ellos.

 

Segunda regla del “Protocolo Antimarcha”: los manifestantes deben correr con el costo si hay desmanes

Cresto se ocupó de NO organizar ni tramitar el más mínimo operativo de seguridad para la movilización. Los vecinos también habían solicitado la presencia de policías para una convocatoria que se preveía masiva. Pero ninguna autoridad (ni el intendente concordiense, ni el ministro concordiense, ni el gobernador concordiense) envió un solo efectivo policial.

Asimismo la multitudinaria movilización se desarrolló en paz.

Fue obsceno y torpe que en el mismo momento en que se desarrollaba la marcha popular, la casa particular del gobernador Gustavo Bordet -en Concordia- tuviera apostados ocho efectivos policiales y varias motos de la Policía de la Provincia, custodiándola.

Así estaba la Policía apostada en la casa del gobernador Bordet

Más grotesco resulta que en los días previos a la marcha, varios integrantes de la Asamblea por la Seguridad de Concordia tuvieron en las puertas de sus viviendas autos y efectivos policiales “dando vueltas día y noche”.

 

Tercera regla del “Protocolo Antimarcha”: dividir para reinar

Cuando las redes sociales evidenciaron la dimensión de la convocatoria, y en un acto desesperado por contener el inevitable y masivo pedido de renuncia de su amigo y compañero de ruta –Urribarri Jr.-, Cresto recurrió a otra de las viejas tretas de la vieja política: dividir para reinar.

Horas antes de la marcha, el intendente buscó convencer a algunos familiares de víctimas de que no participaran de la marcha.

Detrás de ese objetivo, Cresto llamó a los familiares de Jonathan Burgos a su despacho y les ofreció ayuda para costear un abogado que impulse la causa que investiga la muerte de su hijo.

Así se reunía Cresto con familiares de Jonathan Burgos

Tras la reunión, el Municipio echó a andar la versión de que los familiares cuestionaban “el uso político de marcha” y por ello no participarían.

Asimismo, la familia de Johnatan fue una -de las tantas- que entre lágrimas clamó seguridad y justicia para sus víctimas, asesinadas por la ola de delitos y narcotráfico que azota hace años a la Concordia de Cresto y Urribarri.

La Concordia de Bordet.

 

Familiares y amigos de Johnatan participaron de la Marcha

 

Fuente: Noticiauno

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