La viceintendenta de Paraná, Josefina Etienot (Cambiemos), benefició con un “subsidio encubierto” de 40.000 pesos al Club Atlético Estudiantes de la capital provincial. Lo hizo enmascarando el aporte económico como una contratación de “pauta publicitaria” (que se otorga a medios de comunicación para que difundan actos de gobierno, no a clubes). La institución beneficiada tiene entre sus dirigentes a una funcionaria de Cambiemos vinculada a la viceintendenta del PRO y que ocupa el cargo “a propuesta de Etienot”. El aporte económico destinado al Club representa el 20 por ciento del total de la partida destinada a "publicidad en medios de comunicación".
El caso recuerda al escándalo desatado recientemente por las “ayudas” que otorgó la Secretaría de Deporte de la Nación a selectos clubes dirigidos por altos empresarios y políticos y que fueron encuadradas dentro del Régimen de Promoción de los Clubes de Barrio y de Pueblo. (Ver acá “Subsidios que son un privilegio para ricos”).
La grosera irregularidad de la viceintendenta, que además es apoderada del PRO, es grave por partida doble: no solo porque direccionó dineros públicos destinados a otro fin (la difusión de actos de gobierno del Concejo Deliberante que preside) para beneficiar a una institución deportiva privada de acceso exclusivo para socios y entre cuyos dirigentes hay importantes empresarios y hasta una funcionaria del PRO –amiga de Etienot-, sino que además lo hizo discriminando al resto de los clubes de barrio de la ciudad que sí atraviesan una complicadísima situación económica mientras cumplen una indiscutible función de contención social.
Sólo una visión distorsionada del manejo de las finanzas públicas permite asociar la pauta publicitaria que tiene el fin de “transparentar” los actos de gobierno, con subsidios o, peor aún, con dádivas a una institución que, lejos de ser barrial (lo que justificaría un subsidio que en este caso no es tal y que no reciben otros clubes) se dedica a la práctica de rugby, golf, buceo y squash, disciplinas de costos elevados si se las compara con otras. El “Seven de la República”, en el que a intervienen a veces selecciones internacionales de rugby, se celebra en el Club beneficiado por la viceintendenta.
El hecho tiene gravedad institucional porque Etienot utilizó fondos públicos que tienen un fin específico (dar a conocer los actos del Concejo Deliberante y cumplir con su deber de transparentar los actos de gobierno) y los desvió para beneficiar a un club deportivo privado (como si el club fuera un medio de comunicación) que, además, está muy lejos de promocionar actividades deportivas o sociales de manera “pública” o gratuita.
Según los datos oficiales a los que accedió NOTICIAUNO, Etienot contrató mediante el Decreto Nº 105 al Club Atlético Estudiantes (CAE) de Paraná para que difunda -como si de un medio de comunicación se tratare- el “logo del Honorable Concejo Deliberante” que ella preside, para que “sea emitido en el mes de febrero de 2017” por la suma de “40.000 pesos”.
Es llamativa la asignación “distorsiva” de los recursos públicos que hizo la viceintendenta.
No solo porque los fondos públicos destinados a la publicidad oficial tienen por fin informar los actos de gobierno del Concejo Deliberante a través de los medios de comunicación (tv, radio, web, redes sociales, etc) para rendir cuentas ante la ciudadanía, sino porque su decisión implica una clara discriminación hacia otras instituciones deportivas que no tienen ingresos económicos a través de cuotas sociales sino que se sostienen gracias al aporte de vecinos, de comercios de barrio y actos solidarios de los padres. Que no tienen vínculo alguno con la viceintendenta Etienot.
La institución deportiva a la que la presidenta del Concejo Deliberante le dio 40.000 pesos (a través de una pauta publicitaria que deberá explicar), además de no ser un medio de comunicación ni nada que se le parezca, está muy lejos de ser considerada un club “social”.
Por esta última razón, el “aporte encubierto” de Etienot reviste mayor gravedad aún y es políticamente más repudiable. No constituye un aporte en el marco de una política pública de ayuda estatal a entidades deportivas. Es, por el contrario, un claro desvío de fondos que se distribuyen y publican oficialmente como “pautas publicitarias” a medios de comunicación.
Además, la “ayuda” estuvo dirigida a un selecto club privado de acceso exclusivo para socios, que se sostiene con el importante aporte económico que efectúan éstos mediante el pago de elevadas cuotas mensuales.
El Club Atlético Estudiantes tiene entre sus dirigentes a importantes empresarios de la provincia vinculados a la política y, llamativamente, a una funcionaria de Cambiemos muy allegada a Etienot.
En efecto, la titular del INADI Entre Ríos (Instituto Nacional Contra la Discriminación), Silvia Campos, que integra la subcomisión de hockey del Club Atlético Estudiantes, dijo al asumir: “La viceintendenta Josefina Etienot me llamó y me ofreció el cargo”.
Etienot y Silvia Campos
Aún si fuera un subsidio (otorgado irregularmente), la decisión de Etienot constituye un claro acto de discriminación hacia el resto de las instituciones deportivas de la ciudad que pelean día a día para contener a miles de niños y adolescentes y cumplir así una importante función social que sí requiere, a diferencia del Club Estudiantes, del apoyo estatal.
La funcionaria municipal debería dar explicaciones a la ciudadanía que contribuye con sus elevadas tasas municipales a sostener la partida “publicitaria” que Etienot utiliza, por lo visto, a su antojo.
¿Cómo va a justificar la viceintendenta de Paraná haber ordenado la publicación de “un logo del Concejo Deliberante” para “difundir los actos de gobierno” en el “medio de comunicación Club Atlético Estudiantes”?
¿A dónde se publicó el logo del Concejo Deliberante pagado por los contribuyentes paranaenses, si el Club no es un medio de comunicación?
¿En la boletín del CAE que se distribuye gratuitamente “solo entre sus socios”?
¿En alguna instalación del club?
¿Cómo se difunden actos de gobierno y se rinden cuentas de ese modo?
Si ese fuera el caso, no es serio que un funcionario público considere como medio de comunicación para difundir actos de gobierno –para justificar la asignación de recursos - a un boletín que se reparte entre los socios de un club para promocionar las cuestiones del club. Ni a un cartel que se ubique en alguna instalación del club.
Es como si el banner del Concejo Deliberante apareciera, por decisión de Etienot, en las revistas que reparten gratuitamente los supermercados para promocionar sus productos.
O en el supermercado.
Es obvio que la intención de la viceintendenta no fue “difundir los actos de gobierno”, cuando otorgó a un club privado una cifra de $40.000 (igual a 5 jubilaciones mínimas).
La propia Etienot ha hecho gala del recorte de la partida destinada a publicidad de los actos de gobierno. Después de una reducción de la partida cualquiera en sus cabales intentaría difundir los actos de gobierno de la manera más eficaz posible.
A la vista de cualquier ciudadano no podría considerarse eficaz la comunicación de actos de gobierno a través de un “logo” del Concejo Deliberante difundido –si fuera el caso- en un boletín que solo reciben socios de una institución deportiva. Que no es un “medio de comunicación”. Que no difunde actos de gobierno.
Si la viceintendenta deseaba ayudar a la institución, legalmente, no eligió el canal adecuado. Es patente que utilizó recursos destinados a publicidad para otro fin.
Desvió el 20 por ciento de los gastos de "publicidad" que debieron destinarse a difundir actos de gobierno.
Según las cifras oficiales a las que accedió NOTICIAUNO, Etienot gastó en publicidad 216.500 pesos (último dato publicado por el Concejo Deliberante), de los cuales 40.000 fueron para subsidiar al Club Estudiantes.
Y lo hizo, además, discriminando a otras instituciones que atraviesan una grave situación.
Como si esto fuera poco, parece hasta una broma que el “subsidio encubierto” de Etienot aparezca solapadamente publicado en el portal web del Concejo Deliberante en la sección “Transparencia”.
En el actual contexto económico, donde los clubes de barrio a los que asisten miles de niños imposibilitados de pagar una cuota sobreviven como pueden a los brutales tarifazos e inflación, el manejo discrecional y malversado de fondos públicos hecho por la viceintendenta de Paraná, Josefina Etienot, resulta intolerable y digno de, por lo menos, un pedido de informes de todos los concejales de la ciudad de Paraná.
Fuente: Noticiauno