En los últimos días se conocieron datos de distintas encuestas que midieron la aprobación de la gestión de Cambiemos, realizadas al finalizar el mes de diciembre.
Todas revelan que cayó la imagen del presidente Macri (entre 8 y 10 puntos) y las expectativas en la mejora de la economía.
Aunque aún la imagen y aprobación del gobierno siguen siendo importantes, la tendencia muestra cómo Cambiemos erosionó el capital político que consiguió después del resultado electoral de octubre, cuando muchos sobredimensionaron el poder del macrismo.
De algunas encuestas realizadas a nivel nacional, que fueron publicadas por NOTICIAUNO (ver acá y acá), se desprende también que uno de cada dos argentinos considera que la situación económica va a empeorar de acá a fin de año. Asimismo, hacen una evaluación negativa respecto a la economía respecto de hace un año atrás.
Otra encuesta, a cargo de CEOP (Centro de Estudios de Opinión Pública), establece que de un total de 1828 personas en todo el país, el 56,8 % considera que los salarios e ingresos empeorarán contra un 36,1 % que piensa que va a mejorar. Resultados pesimistas similares se ven también en cuanto a la inflación y al desempleo.
Un dato que sobresale de la encuesta de CEOP es que el 64,1 % se muestra escéptico respecto a la llegada de las inversiones, uno de los ejes discursivos de Cambiemos para tolerar el ajuste.
Como es sabido, el macrismo construyó parte de su poder político a partir del “consenso negativo”, afirmándose a sí mismo contra “la pesada herencia”. En función de eso, montó un discurso donde, para que la economía "crezca por veinte años”, era necesario “hacer sacrificios”.
Los datos de las encuestadoras demuestran que este discurso fue útil mientras no intentó imponer un ajuste más abierto, en el período del llamado "gradualismo".
Pero después del triunfo electoral, el empresariado impaciente le exigió al gobierno pisar el acelerador, e importantes movilizaciones sociales y sindicales se manifestaron en contra.
Cambiemos -con el respaldo de los gobernadores del PJ- finalmente pudo aprobar la reforma previsional, pero el triunfo costó el saldo negativo en la imagen del gobierno nacional.
Ahora el escenario es más complejo. El empresariado presiona por reformas “urgentes”, como la laboral, y el descontento popular por el ajuste se acrecienta.
Quedan dos años de gestión y resta saber el futuro del peronismo dividido para hacer pronósticos certeros.
Lo que queda claro es la pérdida del capital político de Cambiemos con el primer avance en su agenda de reformas.
Por delante queda un nuevo capítulo crucial, la votación de la reforma laboral, que ya expresa fracturas -incluso- hacia el interior de la alianza gobernante.
Con información de La Izquierda Diario
Fuente: Noticiauno
