Mientras en la provincia comienzan a gestarse movimientos de rupturas parciales en concejos deliberantes, ya es un hecho la división en diputados y en el senado (donde el radicalismo fue despojado de poder) es probable que se ensaye algún distanciamiento.
Las voces son dispares, hay quienes no quieren saber nada con el PRO (desde la conformación de la alianza), otros se distanciaron al percibir que la UCR “es furgón de cola” en Cambiemos, están los que se mantienen “adentro” y los que (como se dijo en el Congreso de Paraná) se manifestaron (ahora) “cansados de la presiones, del látigo y la chequera para disciplinarlos”.
En ese embrollo transita sus pasos (de cara al 2019) la alianza entre radicales y macristas en Entre Ríos.
Los más “desesperados” ya lanzan sus precandidaturas para negociar algún cargo en las listas definitivas, y casualmente, son quienes no rompen aún con el PRO, conscientes de que a la hora de verdad “la chequera nacional” pesa, y mucho.
Tampoco lo hacen (por ahora) la mayoría de los intendentes de Cambiemos que pertenecen al centenario partido. Eso, en tanto el partido del presidente Macri no comience a posicionar (entiéndase digitar) hombres del PRO para gobernar las ciudades de la provincia. En ese momento habrá que ver la reacción.
Y está el grupo de los “rebeldes” (o “el runflaje”, como los llaman por lo bajo sus socios amarillos). Esos son los dirigentes radicales que ahora ven en el PRO a “quienes disciplinan con la chequera” (como dijo el diputado Foad Sosa en el Congreso).
Son los que de un día para el otro acusan a sus socios de Cambiemos de ser “distintos” porque a diferencia del radicalismo que son el “contenido humanista y la política necesaria”, del otro lado “está la frialdad del PRO, los números. No les interesan los hombres”.
Otras frases contra el PRO:
* “Sé de las presiones que han hablado muchos. La verdad que el PRO no tira arriba de la mesa los problemas, los impone. Eso nos desgastó. No me vengan a decir a mí que en este armado complejo no sufrimos presiones” (Sosa).
* “Entiendo a los intendentes que tienen que gestionar y hay que ir al gobierno nacional a golpear para conseguir. No me gusta que disciplinen con la chequera” (Sosa).
* “Quiero el bloque de la UCR, porque nosotros somos distintos. Nosotros le ponemos el contenido humanista y la política necesaria, porque del otro lado está la frialdad del PRO. Los números. No les interesan los hombres”.
Eso se escuchó con claridad en Paraná el sábado pasado mientras se desarrollaba el Congreso provincial de la UCR. Lo dijo el expresidente del partido y actual diputado provincial, Foad Sosa.
Y fue unos de los motivos del aval para que el bloque de Cambiemos en diputados “se quiebre”.
Ahora, esa es una foto de hoy.
Lo que tiene por delante el radicalismo entrerriano, luego de semejantes acusaciones (que podríamos llamar obviedades que eran un secreto a voces) es mantener la coherencia de su historia (algo que olvidó en el Congreso de Gualeguaychú cuando aprobaron la alianza con el PRO) y que una parte importante de los militantes (sobre todo la juventud) aún les reclama.
Lo que viene pondrá blanco sobre negro.
¿El radicalismo volverá a sus orígenes (que jamás lo hubiesen juntado con el PRO) o como dice el refrán “billetera mata galán”?
En ese caso, todo quedará en una anécdota. “Te meto presión para que me llames y arreglemos algo”, una práctica habitual, de un viejo método de lo peor de la política.
Fuente: Noticiauno
