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23/04/2018

El Banco Mundial niega que exista un derroche de consumo eléctrico

El argumento del derroche de los usuarios al que apeló Cambiemos para defender el tarifazo fue desmentido por un informe del organismo que reveló que en 2014 Argentina tuvo un nivel de consumo eléctrico por habitante menor que Chile y Uruguay. Además, no hay grandes diferencias con los niveles de la década del 90, agrega.


Según un informe del Banco Mundial, Argentina tuvo un nivel de consumo eléctrico por habitante de 3.052 kwh (kilowatt hora), lo que representa un 22% menos que Chile y un 1% menos que Uruguay. Los datos que fueron recientemente publicados por dicho organismo internacional, corresponden a las cifras del 2014. Por lo que los analistas suponen que con los actuales precios tarifarios la diferencia sería aún mayor.

Los datos revelados por el Banco Mundial echan por tierra los argumentos expresados en las últimas horas por los dirigentes de Cambiemos en Paraná, que hicieron una cerrada defensa del abrupto incremento de tarifas dispuesto por el gobierno de Mauricio Macri. (ver declaración)

El argumento del derroche del consumo local fue uno de los más utilizados por el gobierno para explicar por qué las tarifas de servicios públicos llegaron a niveles tan elevados. Sin embargo, el mismo se justifica por el alto costo del gas local y la ineficiente matriz energética, entre otras cuestiones. No por el derroche.

De acuerdo a un trabajo elaborado por los investigadores del CONICET Mariano Barrera y Esteban Serrani en base a datos publicados por el ENRE (Ente Nacional Regulador de la Electricidad), no se observan grandes diferencias en los niveles de consumo a comparación con la década del 90', caracterizada por tener mayores precios debido a la dolarización de las tarifas y su indexación por contrato a la inflación estadounidense (mayor a la local durante esos años).

Mientras que la tasa anual acumulativa de crecimiento del consumo eléctrico residencial durante el período 2001-2010 fue del 3,1% -incremento que se explica fundamentalmente por una ampliación del total de los hogares con acceso a la red eléctrica de 9,6 millones a 11,9 millones- en la década anterior dicha fue aún mayor (4,3%), lo que permite cuestionar que se haya producido un consumo irracional producto de los subsidios implementados.

En cuanto al consumo de gas natural residencial, puede verse un comportamiento similar. Entre el 2000 y el 2014, se registra una suba del uso del gas por usuario de solamente un 3% (3,4 m3/día vs 3,5 m3/día), teniendo paralelamente un alza exponencial de los subsidios. Luego de una caída post crisis 2001, el consumo aumenta hasta el 2014 al 0,8% anual acumulativo, alcanzando recién en el 2008 los niveles de comienzo de la década y llegando a 2014 con cifras muy similares.

"Los servicios públicos son inelásticos en términos de variación de demanda. A pesar de un posible primer momento donde el aumento de precios pudo llegar a ordenar los niveles de consumo, se llegó a una etapa en que las familias no tienen más posibilidad de ahorrar. La gente no puede dejar de calefaccionarse ni de tomar el colectivo. Puede haber una pequeña migración de la estufa a la calefacción eléctrica, pero el ahorro tiene un límite", explicó a LPO Andrés Di Pelino, vocero del Centro de Estudio de la Regulación Económica de los Servicios Públicos (Ceres) de la Universidad de Belgrano.

Por otro lado, Naciones Unidas indica la importancia de mantener altos niveles de consumo energético al destacar en su Índice de Desarrollo Humano la existencia "de una relación directamente proporcional entre el consumo de energía por habitante y la calidad de vida de la población, su expectativa de vida y el índice de desarrollo humano".

En este sentido, se observa que en el informe del Banco Mundial, los países con mayor consumo de kwh per capita son Islandia (53.832), Noruega (23.000), Canadá (15.546) y Finlandia (15.250), entre otros.

"Por supuesto que el factor climatológico obliga a un consumo más significativo de energía. Es por eso que Argentina y Chile se diferencian del resto de los países de la región al tener inviernos que obligan a las familias a un consumo significativo del gas", explicó Di Pelino.

No obstante, más allá del clima tropical brasileño, su consumo de energía eléctrica por habitante es de 2.601 kwh, apenas un 17% menor al que registra nuestro país.

En cuanto al nivel de consumo de este año, Di Pelino advierte que este puede llegar a ser el inverno más complicado. "En 2016 la Corte Suprema retrotrajo el aumento del gas y alivió la situación invernal, mientras que en 2017 tuvimos el invierno más caluroso en años. Si este año tenemos un invierno normal y ni que hablar si es un invierno frío, podemos llegar a ver una combinación explosiva con los nuevos niveles de tarifas. Hay que ver cómo van a hacer los hogares para pagar estas boletas", subrayó.

Fuente: LPO

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