Después de conocerse la grave imputación del intendente de Paraná, Sergio Varisco, en la causa que investiga sus posibles vinculaciones con la red dedicada al tráfico de drogas que comandan los hermanos Celis, aparecieron carteles de apoyo al jefe comunal en algunos puntos del centro de la ciudad.
Aunque se atribuyen a algunas agrupaciones políticas, que aparecen firmando el mensaje de respaldo al intendente imputado (“Vamos Sergio”), en realidad los pasacalles fueron “una idea” que surgió del Fiscal de Estado municipal, Francisco “Panchi” Avero, además, reciente yerno de Varisco.
“Gracias a vos Panchi, a tu idea, a nuestra admiración por nuestro líder Sergio Varisco se logró hacer este pasacalle, mil gracias Francisco A. Avero”, reza un escrito militante publicado en la red social Facebook y compartido en el perfil del Fiscal, según pudo confirmar NOTICIAUNO.
Si, tal como afirman los propios simpatizantes radicales de Cambiemos, el Fiscal de Estado del municipio está detrás de la pegatina para respaldar al intendente, el hecho resulta por lo menos preocupante en términos institucionales.
Es que antes que un militante, Avero es un alto funcionario municipal.
La función del Fiscal de Estado Avero es “representar y defender los intereses de la Municipalidad de Paraná”. No, la defensa de los intereses personales-políticos del titular del Ejecutivo Municipal.
Esa confusión entre Estado y gobernantes era una nota distintiva de otras épocas, por cierto muy cuestionada en campaña por toda la dirigencia de Cambiemos.
En el actual contexto de imputación del intendente Varisco en una causa narco, precedido de las pruebas que acreditaron su pacto político electoral con quien lidera la organización narcocriminal, reviste enorme gravedad institucional esa confusión entre Estado y gobernante. Resulta tan grave como la imputación misma (y próximo procesamiento) del intendente.
Es que quien debe velar por los intereses del Municipio (esa es la función del Fiscal de Estado) está ideando carteles y organizando una pegatina, dándole "fuerzas!" a quien, según sospecha la justicia federal, "habría comprado un pack de cocaína con fondos municipales".
Ese es el nivel de gravedad.
Vale recordar que desde la declaración “testimonial” prestada por Sergio Varisco en la causa narco hasta su actual imputación, pasó casi un año.
En ese tiempo, el Fiscal de Estado militante no inició una sola gestión “en defensa del Municipio” (en defensa de los paranaenses), para chequear las gravísimas certezas que obraban en el expediente, que señalaban, por ejemplo, que los camiones municipales de la Unidad Municipal Nº 2 se utilizaban para repartir la droga que vendía el socio político del intendente Varisco, su suegro.
Nada dijo tampoco el Fiscal Avero sobre las designaciones a dedo de personas allegadas a Daniel “Tavi” Celis en esa unidad municipal - realizadas por Sergio Varisco -, aún después de estar condenado Celis en un juicio abreviado, y que fueron alertadas por el juez federal Leandro Ríos en el auto de procesamiento de julio de 2017, como contó NOTICIAUNO.
Hasta designaron en un cargo “administrativo y en la categoría máxima” a una persona “analfabeta” que respondía a Celis. Esa grosería tampoco llamó la atención del Fiscal de Estado municipal.
La gravedad es aún mayor porque, según las normas municipales vigentes, el Fiscal Avero tuvo (tiene) entre sus funciones la posibilidad de “señalar al Departamento Ejecutivo (...) la necesidad o conveniencia de derogación o modificar (...) decretos”, como todos los que dispusieron aquellas designaciones en el Estado municipal, hasta hoy intactas.
La brillante idea del Fiscal de Estado municipal de organizar una pegatina militante -en este contexto- para generar una sensación de respaldo popular -que hoy está en duda- es esperable y respetable si proviene de cualquier militante o simpatizante político.
Pero no resulta seria cuando proviene de un funcionario con la enorme responsabilidad que le cabe a quien fue designado Fiscal de Estado, que debió bregar por el interés del Municipio. Que no es el interés de Varisco, ni el de sus funcionarios, ni el de sus concejales, ni el de sus militantes, sino el interés del pueblo de Paraná.
De más está decir que, hasta ahora, ninguno de los carteles que cuelgan en el microcentro lleva la firma del MVO (Movimiento Vecinalista del Oeste), liderado por el sindicado líder de la banda narco, Daniel “Tavi” Celis, que en momentos de campaña brindó gran apoyo al entonces candidato a intendente y a sus actuales funcionarios y concejales, con quien selló un pacto político que comenzó a cumplirse apenas una semana después de asumir Varisco, tal como está probado en la causa federal.
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Fuente: Noticiauno