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03/08/2020

Coronavirus y educación: la pandemia desnudó la brecha digital que existe en Entre Ríos

Una encuesta del gremio docente AGMER revela que más del 70 por ciento de los estudiantes no tiene computadora en el hogar y solo una cuarta parte dispone de netbook provista por el Estado. El informe remarca la importancia del Programa “Conectar Igualdad” desmantelado por Cambiemos. Apenas el 15 por ciento de los estudiantes recibió el material escolar impreso destinado a atenuar la falta de conectividad o la carencia de computadoras de los alumnos.

 

La virtualización de la educación obligada por la pandemia puso al descubierto las dificultades que enfrentan los estudiantes secundarios de la provincia para continuar el ciclo lectivo desde sus hogares. Así lo reveló una encuesta elaborada por la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER) sobre “Condiciones de estudio y aprendizaje de estudiantes de escuelas secundarias en el contexto del aislamiento social, preventivo y obligatorio” a la que accedió NOTICIAUNO.

El trabajo, realizado durante la primera mitad de junio, hace foco en “los diversos modos en que las clases no presenciales durante la cuarentena han impactado sobre la población estudiantil, específicamente del Nivel Secundario, teniendo en cuenta aspectos referidos tanto al vínculo pedagógico como a las condiciones materiales de subsistencia”.

La encuesta estuvo dirigida a estudiantes que actualmente cursan sus estudios en establecimientos educativos de Nivel Secundario y sus modalidades, dependientes tanto del Consejo General de Educación (CGE) como de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER).

En cuanto las escuelas secundarias en las que cursan las/os estudiantes que participaron de la encuesta, en la mayoría de los casos se trata de establecimientos estatales (94%), mientras que el resto corresponde a establecimientos de gestión privada (6%). Por otro lado, aproximadamente tres cuartas partes de las respuestas (74%) provienen de escuelas urbanas, mientras que el resto (26%) son de escuelas del ámbito rural.

Con relación a los medios empleados para entablar el contacto con la escuela, los servicios de mensajería (básicamente la aplicación WhatsApp) aparecen como la opción más recurrente (93%), según la encuesta.

En una proporción menor se observa el uso del correo electrónico (60%). Le siguen con valores menos significativos las redes sociales (como Facebook) y las videoconferencias (Zoom, Google Meet, etc.), con 21% y 16% respectivamente. Las llamadas telefónicas y la comunicación por radio tienen escasa cantidad de respuestas y se concentran en zonas rurales.

A su vez, sólo un 35% de los estudiantes encuestados respondió que ya utilizaba al menos alguno de estos medios para comunicarse antes de la cuarentena, mayormente los servicios de mensajería.

En el apartado “Recursos y materiales escolares” para realizar desde el hogar las actividades escolares, el trabajo de AGMER indica que las respuestas más recurrentes son el uso de papel y lápiz o lapicera (73%) y del teléfono celular o tablet (72%). El uso de computadora portátil (netbook o notebook) o de escritorio disminuyen de forma considerable (30% y 25% respectivamente), destaca el informe.

En cuanto al trabajo con material escolar impreso, formato pensado con el propósito de atenuar la problemática de la falta de conectividad o la ausencia de dispositivos informáticos en el hogar, se observa que un 15% indicó haberlo recibido.

Respecto del tipo de material impreso recibido, en la mayoría de los casos (61%) se trató de cuadernillos elaborados por el equipo de conducción y/o docentes del propio establecimiento educativo, mientras que en el resto (46%) fueron los cuadernillos del Ministerio de Educación de la Nación (elaborados en el marco del Programa “Seguimos Educando”). No obstante, al discriminar las respuestas según la ubicación del establecimiento se observa que la entrega de los cuadernillos del Ministerio refleja valores más elevados en el ámbito rural (62%).

Al analizar el grupo conviviente de los alumnos y la clase de vivienda que habitan, el trabajo reveló que: en la mitad de los casos (50%), los alumnos secundarios conviven con cuatro o más personas.

Les siguen con valores decrecientes quienes respondieron que conviven con tres (28%), dos (16%) y una persona (6%).

Si se discriminan estos datos en función de la franja etaria, observamos que los mayores valores son para dos personas en el caso de mayores de 18 años (43%), una persona en edad de escolaridad obligatoria (35%) y ninguna persona menor de 4 años (79%). Observamos asimismo que 3 de cada 10 estudiantes que participaron de la encuesta no conviven con otra persona que sea menor de edad.

Un aspecto relevante de la vivienda es el tipo de habitación que posee cada estudiante, dado que en general tiende a ser el espacio donde se realizan las actividades escolares. Poco más de la mitad (52%) indicó que cuenta con una habitación privada o individual, mientras que una proporción algo menor (42%) señaló que la misma es compartida con sus hermanas/os. Existe luego un 5% de estudiantes que comparten la habitación con el resto de la familia

Otro factor para este análisis gira en torno a la disponibilidad en el hogar de los espacios y tiempos necesarios para un adecuado desarrollo de las actividades escolares en cuarentena. La encuesta recabó información sobre la existencia en la vivienda de un espacio físico apropiado para tal fin (por ejemplo, una habitación privada con escritorio) y también de momentos acordes (por ejemplo, horarios sin interrupciones ni interferencias). A su vez, estos datos fueron considerados en relación con el grupo conviviente, dado que se encontró una correspondencia entre las variables. La mayoría de los casos (85%) afirmó que dispone en su vivienda de un espacio físico acorde para estudiar durante la cuarentena. En cambio, los valores disminuyen al 68% cuando se trata de contar con los tiempos libres suficientes para dicha tarea.

Conectividad y dispositivos

Casi la totalidad de las/os estudiantes (99%) dijo utilizar el teléfono celular, siendo la mayor parte de uso exclusivo (89%), en tanto que en el resto de los casos el mismo es de algún familiar mayor (8%), generalmente el padre o la madre, o bien lo comparten con sus hermanas/os (3%).

En cuanto a otros dispositivos informáticos o electrónicos disponibles en la vivienda que suponen algún uso posible con fines educativos durante la cuarentena, en poco más de la mitad de los casos (53%) hay televisores, mientras que la presencia de computadoras portátiles (netbook o notebook) o de escritorio reflejan valores bastante menores (28% y 25% respectivamente).

Sobre este punto, el informe destaca que “cuando nos centramos en las computadoras portátiles podemos advertir que solamente una cuarta parte de las/os estudiantes dispone de netbook provista por el Estado (es decir, perteneciente al Programa “Conectar Igualdad”). Se torna innegable aquí destacar la importancia que dicho programa tuvo para el acceso a la conectividad digital de las capas más postergadas de la población, a la vez que abre la posibilidad a diversas conjeturas sobre los efectos de su desmantelamiento a partir del año 2016”.

Prosiguiendo con el análisis sobre los dispositivos, tres cuartas partes de las respuestas (75%) indican que el equipamiento informático o electrónico disponible es adecuado en función de las necesidades que supone el estudio durante la cuarentena. Es posible a su vez establecer un paralelismo entre el 25% que respondió no contar con equipamiento adecuado, por un lado, y el 23% de respuestas señalando que en esta etapa tuvo la necesidad de comprar o pedir prestado algún tipo de aparato para cumplir con las actividades escolares, por el otro.

La accesibilidad a internet constituye una variable clave para entender el desempeño escolar desde el hogar por medio de entornos o dispositivos que apelan a la virtualidad. Asimismo, la existencia de una conexión en la vivienda no resuelve por sí sola todas las exigencias de este contexto, dado que en muchos casos se requiere además que la misma cumpla con ciertos niveles en cuanto a velocidad y estabilidad. A través de la encuesta observamos que el acceso a internet se encuentra disponible en un 84% de las viviendas (cabe aclarar que esta respuesta no incluye el uso de datos móviles del teléfono celular y que fue imprescindible contar al menos con dicha conectividad para poder participar del estudio). Dentro de este subconjunto hay un 50% que cuenta con conexión regular (funciona lento o con interrupciones) y un 46% que posee una buena conexión (funciona sin problemas), restando un 4% de casos en los que la misma es mala (es decir que no funciona la mayor parte del tiempo).

Fuente: NOTICIAUNO

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