Por Rubén Pagliotto
Me siento profundamente orgulloso y absolutamente representado por el Dr. Elvio Garzón y su destacada actuación en la causa del ex diputado José Angel Allende. Por su enorme coraje, empatía con las víctimas de tantos atropellos patoteriles, sensibilidad humana, independencia y conocimientos jurídicos. Un lujo de magistrado, que con humildad y en prudente silencio, le asestó con su fallo un golpe letal al corazón mismo de los garantes de la impunidad en Entre Ríos.
Con proverbial claridad conceptual y lenguaje llano, puso las cosas en su lugar y logró romper en la ciudadanía de a pie, esa inercial desconfianza y descreimiento en el Servicio de Justicia.
Esta es otra muestra más de que el Procurador Jorge García, artífice del bochornoso acuerdo rechazado, debe dar un paso al costado y presentar su inmediata renuncia a un cargo que jamás honró. Y algunos y algunas operadores y operadoras de la política, tomar debida nota de que en la justicia entrerriana, por suerte, hay mujeres y hombres con valores y códigos que honran esa función tan devaluada por simuladores de talento y encubridores de poderosos indecentes y peculadores de fondos públicos .
No les alcanzó siquiera con las miserables y rústicas operaciones de prensa llevadas a cabo a través de “periodistas” sin convicciones ni profesionalismo.
Un día de fiesta para las instituciones de la República, pero en especial una bocanada de aire fresco para el tan denostado servicio de justicia.
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