Un jardinero californiano ganó una demanda de casi 300 millones de dólares contra Monsanto, el gigante agroquímico que fue adquirido por Bayer meses atrás. Dewayne Johnson contrajo cáncer que según el tribunal de San Francisco por la aplicación del Round Up, un potente herbicida que es ampliamente utilizado en la Argentina.
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Los signos del cáncer aparecieron en el cuerpo de Johnson en forma de sarpullido, cuando tenía 42 años. El jadrinero aplicaba Roundup y Ranger Pro, de la compañía Monsanto, 30 veces al año en 2012 en escuelas de Benicia, al norte de San Francisco y contrajo un linfoma incurable.
Johnson comenzó su demanda en 2015 y en su fallo de ayer, el tribunal superior de San Francisco consideró que Monsanto conocía de los peligros que provocaba la aplicación del herbicida y engañó deliberadamente a sus usuarios.
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Brent Wisner, uno de los abogados de Johnson, dijo en un comunicado que los jurados por primera vez habían visto documentos internos de la compañía "que demostraban que Monsanto sabía desde hacía décadas que el glifosato, y específicamente Roundup, podrían causar cáncer".
Después de anunciar que apelarán el veredicto, desde la empresa aseguraron que los productos son seguros.
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Meses atrás Bayer consiguió la autorización del Departamento de Justicia de Estados Unidos para fusionarse con Monsanto por 62,5 mil millones de dólares en lo que fue una de las fusiones más grandes de la historia y que terminó de cerrarse en junio pasado.
Los centenares de juicios que esperan a la empresa de origen estadounidense podrían tener un efecto catastrófico para el valor de la compañía alemana.
En Entre Ríos hay una localidad que encabeza el ranking nacional de mayor concentración del agrotóxico.
Urdinarrain = GLIFOSATO
Según el Conicet, Urdinarrain es la tierra con mayor índice de glifosato del país y una de las contaminadas en el mundo.
Un estudio del Conicet publicado en la revista internacional Environmental Pollution reveló que el peligroso herbicida glifosato se acumula en los campos argentinos, sobre todo en Entre Ríos y más precisamente en Urdinarrain.
La investigación de la revista Environmental Pollution fue realizada por científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). En ella revelan que el herbicida glifosato no hace más que acumularse en los campos argentinos, principalmente en la provincia de Entre Ríos.
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“Dada la enorme cantidad pulverizada y la afectación de los microorganismos encargados de su degradación, el producto no hace más que acumularse en las tierras con todo el riesgo tóxico que esto implica”, es lo que revela un artículo del periodista Patricio Eleisegui, autor del libro "Envenenados", quien accedió a esta nueva evidencia del enorme impacto ambiental del veneno creado por Monsanto, utilizado por el sector agropecuario argentino en cantidades alarmantes.
Recordemos que recientemente otro artículo había demostrado que además de afectar la biodiversidad del bosque nativo, el glifosato está generando su némesis: especies nativas resistentes al mismo herbicida.
La investigación citada señala entre sus resultados que “bajo las prácticas actuales, las tasas de aplicación son más altas que las tasas de disipación”. Para luego resaltar: “Por lo tanto, glifosato y AMPA -su metabolito- deben ser considerados pseudo persistentes”.
El estudio en cuestión, sujeto a muestras tomadas en 2015 de distintos lotes ubicados en el distrito de Urdinarrain, en la provincia de Entre Ríos, sostiene que la concentración de glifosato constatada en esa zona se encuentra entre las más altas a nivel mundial.El equipo de científicos también ubicó rastros del herbicida en aguas de superficie, aunque a niveles más bajos que los comprobados en el suelo.
Damián Marino es doctor en Química y uno de los especialistas del CONICET que coordinó la experiencia. Explicó que el monitoreo demuestra que “el glifosato no desaparece” en tanto “se vuelca en el ambiente más herbicida de lo que la naturaleza puede llegar a degradar”.
Esto último, la acumulación, también es consecuencia del amplio paquete de plaguicidas que pulverizan los productores más allá del citado glifosato. Marino lo explica con claridad: “Todo lo que se aplica en el campo no ha hecho más que degradar a los microorganismos que se podrían encargar de hacer desaparecer al glifosato. Hoy por hoy, estas opciones de degradación están tan afectadas que casi no operan. El sistema de producción rompió al sistema que limpia. Y continúa echando más glifosato que antes”.
Fuente: Noticiauno