El sol no puede taparse con una mano.
La crisis de la Salud Pública entrerriana es alarmante y es una muestra de esa regla.
La crisis sanitaria precede a la administración de Gustavo Bordet, pero eso no exime de responsabilidades a la gestión Bordet, que en pocas semanas cumplirá la cuarta parte de su mandato.
No es una novedad. No lo es para los profesionales y trabajadores de los hospitales públicos de la provincia que nunca han dejado de advertir, pedir, reclamar, anticipar lo que ahora está sucediendo.
Tampoco es una novedad para las autoridades sanitarias que llegaron con la gestión Bordet.
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La crisis del Hospital Santa Rosa de Chajarí es otra muestra más de lo que es capaz de hacer la desidia estatal. La de los últimos 10 o 20 años.
Y la de los últimos 10 meses.
La situación no admite decisiones improvisadas, más preocupadas por cuidar puestos políticos, algunas espaldas que los sostienen y conchabos, que por salir del desastre.
No es exagerado decir que los hospitales de Entre Ríos están en estado terminal. Faltan insumos básicos, faltan ambulancias, faltan recursos humanos, hay profesionales mal pagos, hay médicos que han concursado cargos, han ganado esos concursos y aún así la desidia y la inconstitucionalidad estatal los mantiene como suplentes. Inestables, mal pagos.
NOTICIAUNO dialogó con el Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Santa Rosa de Chajarí, Amado Labriola, tan abandonado como todos.
El doloroso relato de Labriola se replica en cada hospital de la provincia. La única diferencia, a veces, es la valentía para plantearlo en público.
Labriola es uno de los tres pediatras que quedaron en el hospital. El resto se fue y no quiere volver. El destrato que sintieron los hizo renunciar.
Los tres pediatras que quedaron no duermen porque viven de guardia, pelean por la falta de insumos, viajan para derivar pacientes en medio de la lluvia o la niebla en ambulancias con las gomas lisas.
Se hartaron de elevar reclamos y hasta cartas documento a las actuales autoridades de Salud Pública que se dignaron a aparecer hace dos semanas, luego “del rumor” sobre el pedido de renuncia al ministro de Salud, Ariel De La Rosa.
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Lamentablemente “llegaron tarde”, dijo Labriola a NOTICIAUNO.
“Tenemos una problemática importante, faltan insumos, faltan ambulancias, pedíamos que nos titularicen porque somos todos suplentes a pesar de que hubo concursos. Los concursos no salieron. Yo concursé dos veces como Jefe pero los cargos no salieron”.
“Hicimos muchos reclamos, primeros verbales, después a través de notas, tanto a la Dirección del Hospital como a la Secretaría de Salud”, recordó. Todos sin respuesta.
“Nunca le dieron importancia a la problemática” del Hospital de Chajarí.
Tanto, que “da la sensación que cuando (los funcionarios de Salud) salen de la rotonda de Chajarí se olvidan” de lo que pasa allí.
Labriola explicó que “la situación del Hospital Santa Rosa se agravó, a partir de una decisión IRRESPONSABLE del ministro de Salud”.
“Con este nuevo gobierno, el año pasado, en forma repentina, de un día para el otro, presentaron al Hospital Santa Rosa de Chajarí como “Maternidad Segura”. Eso significó que no se hicieron más partos en toda la zona y todos los partos y cesáreas se hacen (a partir de aquella decisión) en el hospital de Chajarí”.
“Pasamos a tener de 30, 35 partos y cesáreas mensuales a casi 70 por mes”, precisó.
“Fue irresponsable, porque se largó un Programa sin haber tenido previsto la cantidad de cosas que se necesitan para atender el doble de pacientes, como ambulancias en buenas condiciones, insumos de drogas” entre otras tantas improvisaciones.
Labriola reconoció que “vinieron algunas respuestas escasas”.
“Seguimos mandando notas y cartas documento. Pero llegó un momento en que los pediatras se cansaron y se fueron”.
El problema hoy, además de las carencias de siempre, “es el recurso humano”.
Sólo son “tres pediatras para hacer guardias pasivas, activas y es muy poco para la demanda tanto de consultorios como en las guardias del hospital”, agregó. “Renunciaron cuatro pediatras muy bien formados y no vuelven más al hospital. Eso nos ha desestabilizado totalmente”.
Además, para Labriola “no hay perspectivas de que vengan médicos a Chajarí”.
A él, como a otros profesionales de Chajarí, los colegas lo “llaman del Hospital Masvernat de Concordia, un hospital grande, a ver si les puede cubrir 6, 8 horas”, porque están en idéntica situación.
Los problemas generados en pediatría se repiten “también en la guardia general. Hay un déficit total de médicos. Los médicos clínicos tienen que hacer las guardias. Hay médicos que hacen tres o cuatro guardias por semana porque no hay reemplazo”, lamentó.
Para Labriola “el problema de Salud Pública es que no escucharon y se llegó a esta consecuencia”.
El miércoles POR PRIMERA VEZ desde que asumió la gestión De La Rosa, fueron al Hospital el Secretario de Salud de la Provincia, Mario Imaz, y el Director Médico, “pero llegaron tarde” reiteró.
Los funcionarios “no creían que mis compañeros iban a renunciar porque estaban hartos, trabajando con mucho estrés. Dijeron varias veces que se iban a ir y se fueron nomás”.
“Los pediatras venían advirtiendo, pero nos subestimaban”, dicen “que rezonguen que no pasa nada, pero se fueron”.
La renuncia de los pediatras “es una pérdida importante para el hospital porque son médicos muy bien formados. Lleva entre 10 y 11 años formar a un pediatra, todos se habían formado en la Sociedad Argentina de Pediatría”.
Labriola intentó, después de la visita de los funcionarios, hablar con sus compañeros que renunciaron, para que vuelvan al Hospital con una nueva propuesta.
“Pero no van a volver porque no le creen al gobierno. Se sienten maltratados, que los usaron. No van a volver”, dijo.
Antes, para evitar las renuncias, intentaron todo, hasta “cartas al Ministerio de Salud a través de los diputados y senadores”.
Pero “nunca nos dieron bolilla”.
Y “hoy es difícil seguir adelante”, porque “hasta el 30 de octubre vamos a seguir las guardias los tres pediatras que quedamos, pensando que los otros pediatras iban a volver”.
El primero de noviembre “no vamos a poder seguir porque tendríamos que hacer 3 días de guardia cada uno y estamos muy cansados”, señaló.
“Corre riesgo el servicio de pediatría”, advirtió.
Entre las soluciones propuestas desde el Ministerio de Salud “prometieron mandar médicos de Paraná o Concordia para que cubrieran Chajarí, aunque sea los fines de semana”.
“Es una promesa, que los que estamos en el tema, sabemos que es difícil, si nos están llamando a nosotros para cubrir Concordia por ejemplo”.
Labriola comentó después que “los médicos que hay en la provincia se van a otras provincias, a Santa Fe que los cuidan más y ganan tres veces más que acá, están más protegidos desde la Salud Pública”.
“Necesitaríamos las cosas que pedimos muchas veces: algunos insumos, carros de paro, ambulancia, porque si nosotros necesitamos derivar pacientes necesitamos tener una ambulancia en buen estado. Hemos viajado con lluvia, neblina en ambulancias que no tienen las gomas en condiciones”.
“Los que damos la cara y estamos día a día con los pacientes en los pasillos que se arrebatan de gente con chicos somos los pediatras. La gente se enoja con nosotros, no se enoja con los políticos porque no los ven. Somos nosotros los que estamos en el campo de la batalla”.
Labriola no se cansa de lamentar que las autoridades de Salud “llegaron tarde, se preocuparon ahora que los médicos ya renunciaron. Tendrían que haber venido antes, haberse alertado antes”.
Nadie comprende cómo “quieren que este hospital sea el quinto de la provincia, quieren generar un banco de sangre, pero no cuidaron el recurso humano”.
Finalmente, Labriola afirmó que no creen que se resuelva la crisis del Hospital Santa Rosa de Chajarí “hasta que no venga el gobernador” Gustavo Bordet.
Fuente: Noticiauno