“Termina un año difícil para todos, especialmente para el sector productivo que si quiere acceder a un crédito debe afrontar una tasa del 62% para sembrar soja, cuando se sabe que la inmensa mayoría de los chacareros están complicados con las carpetas crediticias”, expresó Martiarena, en diálogo con El Día de Gualeguaychú.
“Cuando un productor empieza a mover la zaranda y ver qué es lo que paga, lo primero que deja de lado es lo impositivo, situación que demora la aprobación de una carpeta para obtener una ayuda financiera”, cuestionó el dirigente, y apunto a la “timba financiera”, que sí genera réditos especulativos en períodos cortos.
A modo de ejemplo, dijo que “el que tiene plata para hacer una hectárea de soja no sería extraño que opte por poner la plata en el banco con la seguridad de que obtendrá un mayor rédito económico”. Pero esta situación, por las altas tasas actuales, “no puede prolongarse en el tiempo, porque así el país no arranca”.
Asimismo, Martiarena aseguró que si las pequeñas y medianas empresas, en todos los rubros, no encienden motores la situación tornará a empeorar. Pero se mostró esperanzado de que en marzo, como se dice, con la cosecha y el desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI) “Argentina pueda comenzar a marchar”.
“Se debe pagar lo que corresponde en todo tipo de servicios, y no vivir de subsidios. Pero todo cambio tiene que ser regulado, no tan brusco, caso contrario mucha gente va a quedar en el camino”, advirtió.
Fuente: El Día - Gchú