El diputado provincial y secretario general de la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN), José Allende, fue protagonista este miércoles de otro acto de violencia.
Sucedió en momentos previos al inicio del discurso del gobernador Gustavo Bordet, que reunió a intendentes, presidentes de juntas de gobierno, legisladores del PJ y funcionarios de su gabinete, y lo ocurrido marcó un rotundo contraste con el espíritu y el desarrollo del encuentro.
De acuerdo a lo relatado por varias fuentes que presenciaron el hecho a NOTICIAUNO, mientras estaban los ministros sentados aguardando la llegada del mandatario, el diputado Allende se levantó de su silla y se acercó al sector de los ministros, saludó a la ministra de Gobierno, Rosario Romero, consciente de que al lado de Romero estaba sentada la ministra de Salud, Sonia Velázquez, que fue víctima en público de un nuevo hostigamiento y ataque de parte del sindicalista. “Ché, vos no me saludás”, increpó Allende a la titular de la cartera sanitaria con quien mantiene un hostil enfrentamiento a partir de la decisión de la gestión de no tolerar más aprietes en el sistema público de salud.
Ante el silencio de la ministra Velázquez, Allende prosiguió en tono agresivo y casi cara a cara: “Y no me des vuelta la cara”, le dijo a la funcionaria.
Con la insistencia propia de un patotero y con tono más elevado, y en evidente actitud de superioridad físíca (la ministra estaba sentada y Allende estaba parado enfrente suyo y a escasos centímetros) Allende continuó destratando a Velázquez: “A ver cuando nos vamos a sentar a arreglar vos y yo”. “A ver cuándo nos vamos a sentar a arreglar vos y yo”, insistió, ante lo cual la ministra respondió: “Yo no tengo nada que arreglar con vos José”.
En ese momento, sacado, le gritó: “Pero porqué no te vas a la mierda!”, perpetrando un acto de VIOLENCIA DE GÉNERO QUE NO PUEDE NI DEBE TOLERARSE, Y NO PUEDE NI DEBE QUEDAR IMPUNE.
No sorprende tanto la persistencia de Allende en sus actitudes violentas como la INACCIÓN del resto de los ministros presentes, fundamentalmente de la titular de la cartera política, Rosario Romero, que en lugar de repudiar la conducta del legislador provincial y ponerlo en su lugar, en tono conciliador con el apretador lo tomó suavemente del brazo y con voz amable y dulce le dijo: “Calma José, no es lugar este”.
Como si hubiera algún lugar adecuado o apto para violentar a un ministro del gabinete provincial. Como si existiera un lugar adecuado para violentar a una mujer.
La nueva actitud patoteril de Allende generó un malestar evidente entre los presentes, que escucharon y vieron lo que sucedió, muchos de los cuales se solidarizaron en voz baja con la ministra de Salud.
Pese a la solidaridad “silenciosa”, lo cierto es que permitieron un nuevo atropello del titular de UPCN, cuya cúpula gremial está siendo juzgada estos días por coacciones y amenazas a una directora de hospital.
Lo tolerado se ha vuelto costumbre en el legislador, aunque ya no se naturalicen este tipo de conductas.
Este lamentable e intolerable nuevo hecho de agresión y maltrato protagonizado por el diputado provincial, ahora en público y contra una funcionaria MUJER del gabinete provincial, merece un ENÉRGICO REPUDIO, y tal vez la mirada atenta de la JUSTICIA, en particular porque se suma a lo ocurrido hace pocos días en Nogoyá, cuando la ministra de Salud visitó esa ciudad para hacer entrega de una ambulancia al Hospital San Blas y aportes a los clubes de la ciudad, y fue otra vez víctima del hostigamiento del sindicalista.
Al igual que ayer, en Nogoyá todo sucedió en ausencia del gobernador Bordet.
Allí estaba también José Allende, siguiendo de cerca a la titular del ministerio.
Tras haberse negado a participar del acto oficial junto al resto de las autoridades locales presentes (incluidas autoridades de Cambiemos), pese a la invitación protocolar que recibió en su carácter de legislador del departamento, Allende no quiso participar del acto y, en cambio, se dedicó a interrumpir a los gritos y desde atrás -en varias ocasiones- el discurso que Velázquez dirigió a la comunidad hospitalaria.
Cuando fue mencionado en el saludo de rigor, Allende, rodeado de un grupo de hombres de su gremio, gritó frente a todos: “Yo no estoy, yo no vengo para hacer bulto”.
A tal punto violentó a los presentes que el propio sacerdote que estaba allí para bendecir la nueva ambulancia, le dijo a la ministra “no le haga caso, vamos a rezar por la ambulancia”, confirmaron fuentes locales a NOTICIAUNO.
El propio intendente de la ciudad, Rafael Cavagna, le dijo a la ministra: “tranquila Sonia, estamos acá para acompañarte”.
Cabe UN PUNTO FINAL a este modelo sindical que hace 30 años está enquistado en la política, dañándola, sin límites.
Es de esperar que las unidades competentes en violencia de género del propio Ministerio de Salud se pronuncien sobre los hechos y den el ejemplo, atento a que la máxima autoridad de la cartera -ahora víctima- ha reiterado en numerosas oportunidades que los aprietes y cualquier tipo de violencia no deben admitirse y deben denunciarse en la Justicia.
Es de suponer, por la salud de la política, que las áreas pertinentes del Estado provincial reaccionarán condenando lo sucedido.
El accionar del diputado José Allende choca de frente no solo con las normas jurídicas.
Con la impronta oficialista.
Fuente: Noticiauno