El financiamiento restrictivo producto de las supertasas de interés que convalida el Banco Central para cumplir con el plan déficit cero provocó un derrumbe de los créditos a las pymes fabriles, que para afrontar a la profunda crisis del consumo y de las exportaciones utilizaron todo tipo de reservas que tenían. El dato surgió en forma de alarma en la Unión Industrial Argentina (UIA), desde donde advirtieron que "las pequeñas y medianas industrias ya no tienen forma de hacer frente con las inversiones de capital para mantener los portones abiertos".
"Las pymes industriales están usando sus reservas y ya están acabándose. La situación es muy compleja", admitió el vicepresidente Pymi de la UIA, Miguel Rodríguez, en el medio de una conferencia de prensa en donde se anunció la renovación de la mesa directiva de la entidad fabril más representativa del país. Fuentes del sector confirmaron a BAE Negocios que la situación es aún más crítica: "Son muchas las fábricas que no podrán aguantar un semestre más en caída, y todo nos muestra que lo que resta del año está perdido".
Existen datos técnicos que confirman el escenario. Dentro del Departamento Pymi de la UIA tienen datos contundentes: El crédito Pyme en términos reales cayó 22,4% en marzo 2019 contra el mismo mes del año pasado, mucho más que la retracción del crédito total, ya que el derrumbe de éste último destinado al sector privado no financiero fue de 13,2%, poco menos de 9 puntos que el destinado a la producción.
Otro dato que preocupa por lo frío aunque palpable en el calor de la crisis es que $17,4 de cada $100 que se prestan en la actualidad están destinados para las Pymes. Si sólo se compara con los años de la era Cambiemos se puede observar el puente hacia abajo: en promedio en 2018 eran 17,9%, en 2017 19,1%, en 2016 18,5%.
Una de las consecuencias de la ausencia de financiamiento es la endeblez de la cadena de pagos. Los industriales resaltaron que el costoso financiamiento en el mercado es la principal causa del alargamiento, con promedio de 120 días, de los cumplimiento en el circuito de proveedores. Esta situación dejó en una sobrecrisis a las fábricas porque además de la retracción de las ventas, se le suma la constante inflación de costos en los insumos, que provoca la licuación de los cobros cuando se efectivizan.
"La crisis, que se transformó en la más larga de los últimos tiempos, va profundizando el problema porque cuando el dueño de una pyme vendió un departamento que tenía en alquiler para poner esa plata en la empresa para autofinanciarse el capital de trabajo y pasa el tiempo sin que remonte la producción, lo que queda es el cierre. Esa situación está pasando ahora", alertó una fuente de peso en la UIA.
La realidad es que consumo, financiamiento y reservas son los pilares del funcionamiento de las pymes industriales, según analizaron distintas fuentes sectoriales, quienes coincidieron: "Al agotarse esas cosas, la situación es explosiva".