Un grupo de padres de la Escuela Nº 3 Bernardino Rivadavia de Paraná –cuyos hijos fueron ubicados en el sótano de la Escuela Centenario para comenzar el año escolar- denunció a NOTICIAUNO que “no se registran avances en la obra de reparación de la Escuela Rivadavia de Paraná, adjudicada a la empresa Cemyc SRL y que, ante la falta de control del Estado, la constructora está utilizando materiales deteriorados e incumpliendo los términos del proyecto para ahorrar costos y quedarse con la diferencia”.
Después de años de reclamos y promesas incumplidas, y tras el incendio registrado en la Escuela Nº 3 Bernardino Rivadavia (que los padres adjudican a la vetusta instalación eléctrica), en mayo de 2016 el gobierno provincial decidió adjudicar la ejecución de “las obras de reparación, construcción de nuevos baños y ampliación del Nivel Inicial” a la empresa Cemyc SRL. Aún cuando el propio Decreto de adjudicación Nº 3106 al que accedió NOTICIAUNO reconoce que, por ejemplo, “el valor de los jornales que cotizó Cemyc era elevado respecto a los utilizados por la Subsecretaría de Arquitectura y Construcciones” y varios ítems “presentan diferencias en más con respecto a los valores de referencia que toma como base la Subsecretaría”.
De ese modo, y según el Decreto 3106 firmado el 18 de octubre de 2016, el Presupuesto oficial no llegaba a los 10 millones de pesos, pero igualmente los trabajos se adjudicaron a la firma Cemyc SRL conforme al presupuesto que presentó la propia constructora y que supera en un 40% el oficial.
Es por ello que la obra se contrató por 14.000.000 de pesos con la empresa adjudicataria de la mayor parte de las obras públicas y fueron rechazadas otras dos firmas cuyas cotizaciones eran sustancialmente menores.
A pesar de haber sido adjudicada por un valor superior, es de suponer que la obra terminará costándole al Estado provincial bastante más que incluso el precio fijado por la empresa.
Es que según el Decreto, el presupuesto de Cemyc SRL fue confeccionado en base a precios de materiales y mano de obra correspondientes a abril de 2016. Un año atrás.
Lo cierto es que hoy, un año después de haberse adjudicado y a más de cinco meses de haber comenzado los trabajos, la Escuela Rivadavia parece un lugar abandonado.
“En los meses de receso no hicieron nada, hay escombros por todos lados, hierros, polvillo, alacranes, es un campo de guerra y no una escuela”, advirtieron los padres cuando se acercaba el comienzo de clases. El panorama hoy no ha cambiado.
La comunidad escolar apunta a los organismos del Estado que no controlan la marcha de la obra pública que se ejecuta en un edificio ubicado a sólo tres cuadras de la Casa de Gobierno.
Cansados de promesas y postergaciones en la reconstrucción de la escuela, un grupo de padres de alumnos que asisten al nivel primario amenazaron con no enviar sus hijos a clases en esas condiciones.
Y así fue que, improvisadamente, los más de 500 alumnos que asisten al nivel primario de la Escuela Rivadavia fueron reubicados de apuro para comenzar el ciclo lectivo 2017 en el sótano de la vieja Escuela Centenario.
"Hasta que finalicen las obras en la Rivadavia"
Este es ahora el mayor temor y la mayor preocupación de la comunidad educativa.
Según el Decreto 3106, el plazo de finalización de los trabajos se cumple en octubre de este año ("estipulándose un plazo de ejecución de los trabajos de 365 días corridos desde el inicio de las obras", lo que ocurrió en octubre de 2016, afirma el Decreto).
El escaso avance que denuncian los padres es evidente.
Parece imposible que la empresa cumpla con el plazo pactado.
La calidad de los trabajos
Además del retraso de los trabajos, los padres denunciaron a NOTICIAUNO que “la ausencia del Estado que no controla las obras públicas, permite que la empresa incumpla los términos del proyecto de obra, porque está usando materiales viejos y no está comprando materiales nuevos como prometieron”.
Esto hace pensar que la obra millonaria que encaró el gobierno provincial después de años de reclamos “va a durar lo que dura la manteca en el hocico de un perro”, advierten.
Resultan ilustrativas las imágenes que dan cuenta de lo que se denuncia.
"La empresa no reemplazó las chapas de los techos de las aulas". Sólo habrían cambiado las chapas del Salón de Actos que se incendió en septiembre de 2016.
"Al no utilizar chapas nuevas, ni cambiar la perfilería (cuya antigüedad llega al siglo), ni colocar membrana aislante, esas aulas volverán a inundarse los días de lluvia", alerta un grupo de padres.
"Tal como sucedió en el mes de enero un día de lluvia. Se filtró el agua a través de los techos que habían supuestamente arreglado".
Las fallas –y el supuesto incumplimiento de la constructora- también se da en los arreglos del salón de la escuela ubicado en la planta alta. Allí las placas de durlok "fueron atornilladas sobre la tirantería vieja de madera".
Mediante un cálculo rápido, arquitectos consultados por los padres afirman que sólo por no reemplazar las chapas de los techos originales de la centenaria institución (absolutamente deterioradas) “alguien se queda con una diferencia de varios millones de pesos”.
Lo cierto es que faltando poco más de seis meses para que ese plazo se cumpla, la obra no avanza y cuando finalmente sea entregada ¿qué garantías habrá sobre la calidad de los trabajos si a cinco meses de comenzar existen estas fallas?
La caridad no empieza por casa
Un testimonio recabado por NOTICIAUNO deja al descubierto la falta de seriedad a la hora de cuidar el patrimonio del Estado.
“La empresa Cemyc SRL cambió hace poco todo un tramo de chapas de los techos de casa de gobierno. Se veían las chapas nuevas desde cualquier edificio de altura cercano. En el mes de enero de este año, cuando se produjo en Paraná una copiosa lluvia, empleados públicos que estaban en la oficina del Ministro de Planeamiento e Infraestructura, Luis Benedetto, vieron un movimiento "desesperado" de gente de la empresa constructora con muchas carretillas, retirando las placas durlock destrozadas, que recientemente se habían colocado debajo de esas chapas nuevas. Eso estaba pasando en la oficina del Ministro Benedetto. Estaban desesperados, personal de la empresa y hasta los funcionarios, porque era miércoles y el Ministro volvía el día lunes. Esas placas de durlock y chapas de los techos se habían colocado nuevas días antes, pero por la mala calidad de los trabajos habían sido literalmente arrancadas por la lluvia del día anterior. Estaban todos desesperados, incluso funcionarios que están por debajo del Ministro, porque no querían que Benedetto se enterara de que los trabajos no servían”.
“Si esto sucede en la propia casa de Gobierno, qué podemos esperar que pase en la Escuela Rivadavia”.
Elocuente.
Fuente: Noticiauno