El proyecto del gobierno nacional denominado Plan Maestro cuenta con 59 páginas, y se presenta como consecuencia de las evaluaciones pedagógicas que se llevaron adelante en todo el país para conocer el estado del sistema educativo.
Todos estamos convencidos de que hay que re-pensar la educación, y de que no es sólo un problema de calidad educativa. La educación se da en el contexto de una compleja trama social y laboral que el proyecto desconoce y entonces se convierte en un compendio de axiomas retóricos sin fundamentos reales.
El proyecto en ningún lugar da cuenta de esta realidad de concentración del ingreso, reprimarización de la economía y endeudamiento. Huele a engaño como la promesa macrista de “pobreza cero”.
En sus fundamentos hay mucha encuesta pero el plan desconoce los condicionamientos que el plan económico conlleva a la educación. La mayoría de las propuestas generales han sido llevadas a la práctica en los 12 años de nuestro gobierno popular, pero con un contexto ubicado en las antípodas de este. Invito a leerlo y a compararlo con lo ya infinitamente hecho.
Lo que pretende discutir es la meritocracia: nos dicen que hay que educarse mejor, formarse más, etcétera, y que entonces eso generará más y mejor trabajo. Pero llevan adelante un plan donde el gran objetivo es bajar el costo laboral y para ello han abierto la economía y en un contexto de pérdida de más de 150 mil puestos de trabajo formales van por la flexibilización laboral al más puro estilo de los ’90.
La meritocracia es una mentira para responsabilizar al desocupado de su desocupación. Por eso pensar el mercado del trabajo en función del aprendizaje y los saberes será siempre insuficiente.
La verdadera calidad educativa es la construcción de pensamiento crítico con fundamentos nacionales. Dicho de otra forma, generar una conciencia que nos permita pensarnos y defendernos de los intereses foráneos en la medida en que nos formamos para enfrentar la realidad del trabajo en un mundo que se desclasa diariamente.
Mitre y Sarmiento construyeron un plan de educación que sigue vigente por mas remiendos que se le hayan hecho. Y fue una educación pensada para sostener los intereses de los poderosos. Algo así como el sueño de la aristocracia Argentina que nos condenaba al subdesarrollo, subordinando el desarrollo industrial al mito del destino agrario.
El país que tenemos se fundó con el Remington y la escuela. La letra liberal con sangre entra. Aún así, hoy a Sarmiento y la 1420 ya no las discute nadie, lo mismo que a la Reforma Universitaria, todos instrumentos liberales, subproductos del país agroexportador dependiente, unitario, de espaldas al país real.
La estrategia oficial pretende con este plan legitimar a través de una consulta falaz una política que viene a empobrecer aún más el sistema público de educación y promover mayores instrumentos de dominación política y social.
Con este programa de endeudamiento, pobreza y exclusión el plan maestro es un globo que no tiene sustento por mas retorica que suministre. Habrá una educación seria y responsable si hay trabajo y distribución de la riqueza, si hay justicia social y soberanía popular.
La necesidad de mejorar la calidad de la educación está fuera de discusión, y los problemas afectan especialmente a los alumnos que provienen de familias con menores ingresos. O sea que la calidad educativa no es solo un tema de herramientas pedagógicas. ¿Cómo piensan resolver la repitencia y el abandono? ¿Qué escuela, para qué país? Esta es la trama fundante de la discusión.
Hablan de educación superior y cerraron laboratorios, echaron científicos y despoblaron el Conicet. Mejor ni hablar de los salarios. Esto estamos discutiendo, no la letra de un proyecto que sigo citando: “Universalizar el acceso y uso de las tecnologías de la información para la innovación en el sistema educativo” (página 31).
Jamás en la historia argentina se invirtió en universidades y en acortar la brecha digital como en el último gobierno popular. Este gobierno desfinanció todos esos programas y día a día destruye lo mucho y bueno que se hizo con enorme esfuerzo.
Por último, en la página 30 habla de la mejora docente en términos de mejora salarial, ¿el gobierno de Macri que está deshuesando el salario, que niega la paritaria docente sostiene que la calidad educativa depende del salario?
Estamos frente a un nuevo proyecto de los que nos tiene acostumbrados el actual ejecutivo, hacer del cambio un retroceso. Queremos dar el debate de otra escuela y de otra educación, pero sobre parámetros concretos y desde una perspectiva que contemple la totalidad de la educación. Es impensable pensar un proyecto educativo que no contemple la opinión de los educadores o de las familias. Y fundamentalmente que no comprometa el mundo del trabajo y de la economía real. Y en particular, queremos discutir una educación que contemple la identidad nacional, la historia no narrada de nuestro devenir social y la posibilidad de pensar la escuela desde la soberanía popular.
*Por Pedro Báez - Diputado provincial FPV- Exministro de Comunicación de Entre Ríos
Fuente: Noticiauno
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