En un momento en el cual la TRANSPARENCIA e INDEPENDENCIA del PODER JUDICIAL están SEVERAMENTE CUESTIONADAS por DEJAR IMPUNES HECHOS DE CORRUPCIÓN, el primer eslabón de la justicia provincial acaba de sentenciar que "EN ENTRE RÍOS NADIE ESTÁ OBLIGADO A RESPONDER PENALMENTE POR LA VIDA DE UN PACIENTE QUE DESAPARECE Y MUERE DENTRO DE UN HOSPITAL PÚBLICO EN MEDIO DE UNA DESIDIA QUE ESPANTA".
En otras palabras, por la decisión de un fiscal que no investigó, LA JUSTICIA PODRÍA PREMIAR CON IMPUNIDAD LA DESIDIA DE FUNCIONARIOS PÚBLICOS, EMPLEADOS PÚBLICOS, Y EMPRESARIOS PRIVADOS.
Uno de los hechos más emblemáticos y representativos de la desidia que caracterizó la gestión del exministro de Salud Ariel De La Rosa (la muerte de un paciente en el Hospital San Martín de Paraná, que cayó al vacío cuando uno de los ascensores del nosocomio falló, y cuyo cuerpo fue hallado seis días después de haber desaparecido de la habitación en la que estaba internado), está al borde de quedar sin esclarecer e impune.
Walter Ignacio Guillen, de 66 años, había ingresado el 29 de marzo al hospital para una intervención sencilla y después de la cirugía, alrededor de las 19 horas, fue trasladado a una de las habitaciones del primer piso, donde estuvo acompañado por su esposa, Ramona Machado, quien se retiró del nosocomio dos horas después. Cuando la mujer regresó a la mañana siguiente (30 de marzo) no encontró a su esposo. Nadie le avisó que había desaparecido de la habitación en la madrugada y ninguna autoridad ni el personal del Hospital pudieron decirle qué había sucedido. Seis días después, Guillén fue hallado muerto en el pozo de uno de los ascensores del nosocomio. Su esposa se enteró por una vecina que escuchó la noticia en un medio de comunicación. Nadie le avisó.
La cuñada de Guillén, Nilda Machado, relató en ese momento a NOTICIAUNO que “desde el día que se perdió mi cuñado, mi hermana (la esposa de la víctima) fue todos los días al hospital. Pedimos hablar con el director pero nunca nos atendió”. El argumento fue que “una vez que el paciente se fue y se perdió, la enfermera dio el parte a la policía y desde ahí el hospital no tiene más nada que ver”.
Según el informe de la autopsia firmada por el médico forense Luis Moyano, al que accedió NOTICIAUNO, el hombre “cayó por el hueco del ascensor del Hospital San Martín, desde el primer piso al subsuelo” y “la muerte se produjo por traumatismo grave cráneo encefálico por caída de altura”.
Guillén murió porque la puerta del ascensor del hospital, que no debía abrirse, se abrió y Walter cayó al vacío. El ascensor falló.
Aunque el Estado pagó cientos de miles de pesos en reparaciones contratadas de manera directa a una misma empresa, el ascensor falló.
Para dimensionar el gasto, vale destacar que una de las tantas reparaciones que se contrataron a la empresa Ascensores Del Ríos SRL costó unos U$S 90.000 (hoy, más de un millón y medio de pesos) en octubre de 2015.
Se trata de la misma empresa que, según consta en el expediente judicial, había realizado el mantenimiento del ascensor que falló apenas una semana antes de la muerte de Guillén.
Fuentes confiables revelaron a NOTICIAUNO que también el expediente administrativo consigna “fallas en los ascensores”.
La propia cuñada de la víctima dijo a a este medio que antes de la desaparición y muerte de su cuñado, “hacía más de cuatro meses que estaba yendo al hospital casi a diario porque tenía otro familiar en la sala de Oncología” y “en todos estos meses el ascensor no funcionaba y estaba cerrado”. Y un enfermero le dijo que “a ese ascensor (en el que cayó Walter) cualquiera lo podía abrir con la mano”. Resultó “muy raro” para la familia, que el mismo día de encontrar el cuerpo de Guillén “estaban arreglando el ascensor".
La cadena de irresponsabilidades e irregularidades que tuvieron lugar en el Hospital San Martín, desde la desaparición de un paciente internado hasta la tragedia, prácticamente anunciada, podría ahora quedar impune. Por la decisión del fiscal interino que llevó adelante la investigación del caso, Juan Francisco Ramírez Montrull, que fue capaz de reconocer, en declaraciones a un matutino de Paraná, que “la puerta del ascensor se abría sin mucho esfuerzo”.
A cinco meses de la muerte, NOTICIAUNO corroboró que el día 25 de septiembre Montrull ordenó archivar la causa.
Para el funcionario judicial, no hay responsables que deban ser sancionados por la muerte de Walter Guillén.
Luego de una “deficiente investigación fiscal”, Montrull consideró que “no hay pruebas suficientes” que demuestren la responsabilidad de terceros en la muerte del paciente, “ni más pruebas de interés para recabar”.
Si esa decisión del Fiscal prospera, desaparecerá la posibilidad de esclarecer quiénes fueron los responsables en la oscura trama de irregularidades que concluyeron en la muerte de un paciente que, estando internado en el principal nosocomio provincial, se ausentó de su habitación sin que ningún responsable lo advirtiera ni diera aviso a sus familiares (salvo otro paciente que compartía la habitación y dio aviso a las enfermeras) y que, después de una semana, fue encontrado muerto en el hueco de uno de los ascensores del hospital, al cual cayó porque la puerta automática falló y se abrió sin estar el ascensor en ese piso. Ascensor por cuyo mantenimiento se pagaron importantes sumas de dinero a una empresa privada: Ascensores Del Ríos SRL.
La familia de Walter Guillén clama JUSTICIA y denuncia que “la Fiscalía pidió el archivo de la causa sin haber llamado a declarar a ningún testigo”.
La inexplicable actuación de la Fiscalía en este caso los lleva a suponer que la decisión esconde un solo objetivo: LA PROTECCIÓN DE RESPONSABLES. Funcionarios, empleados y empresarios.
A la desidia de una gestión sanitaria que culminó de manera escandalosa, se suma ahora la AUSENCIA DE JUSTICIA.
En el decreto de cierre de la causa al que accedió NOTICIAUNO, que es tan pobre como la investigación misma, el Fiscal Ramírez Montrull argumentó –el escrito tiene menos de una carilla A4- que no le resulta posible “tener acreditada la participación o responsabilidad penal de un tercero” en la muerte de Guillén. Y aseguró que “no quedan medidas de prueba de interés que se puedan producir” para deslindar responsabilidades.
Para el fiscal, el único culpable de haber muerto tras caer al vacío diez metros por una falla del ascensor -que había sido “reparado” unos días antes- es el PROPIO PACIENTE. “No hay responsabilidad de un tercero” en la muerte, dice el Fiscal Montrull, como argumento para archivar la causa.
Si hasta los errores de ortografía del Fiscal parecen UNA BURLA A LA FAMILIA.
NOTICIAUNO pudo corroborar también que desde la muerte de Guillén LA FISCALÍA NO CITÓ A NINGUNA DE LAS PERSONAS que debieron velar por la seguridad de Guillén. Que deben cuidar a cualquier paciente que esté internado en el Hospital de referencia provincial.
La Fiscalía no citó, ni siquiera en carácter de testigos:
-a enfermeros y médicos que estuvieron de guardia y a cargo del paciente el día que Guillén desapareció de su habitación sin que ninguno de ellos advirtiera, ni avisara a la familia.
-al ascensorista del hospital, ni a los celadores que recorren de noche los pasillos del hospital.
-a los titulares y responsables técnicos de la empresa Ascensores del Río SRL, a quienes se le venían pagando cientos de miles de pesos para que el ascensor, que falló, funcionara correctamente. Una semana antes de la falla en la puerta automática, la misma empresa había estado arreglando los ascensores.
-al personal de mantenimiento de los ascensores y de las cámaras de seguridad, que habrían también fallado ese día.
-al personal policial que estuvo de guardia esa noche para garantizar la seguridad del Hospital.
El Fiscal quiere que la causa se archive sin haber citado nunca a ningún funcionario responsable de velar por el correcto funcionamiento de todos y cada uno de los eslabones de la cadena de “seguridad”, que fallaron.
El Fiscal recibió la lista de todo el personal que estuvo en el Hospital en el área donde el paciente Guillén estuvo internado y desapareció. PERO NO CITÓ A NADIE.
El Fiscal recibió el listado de los enfermeros y médicos de guardia que estuvieron en el área donde estuvo internado el paciente y desapareció. PERO NO CITÓ A NADIE.
El Fiscal recibió el “informe de mantenimiento de los ascensores”. PERO NO CITÓ A NADIE.
El Fiscal recibió el registro de las cámaras de seguridad ubicadas en la zona de oficinas de Dirección, cámara que está dirigida en sentido a la entrada del ascensor. PERO, según el Fiscal Montrull, esas filmaciones “no aportan datos de interés para la investigación”.
¿Qué está diciendo el Fiscal Montrull? ¿Que en las cámaras de seguridad que apuntaban al ingreso del ascensor no se vio al paciente ingresar al ascensor? ¿O que las cámaras no funcionaban? EL FISCAL NO CITÓ A NADIE.
Es un verdadero escándalo que esto suceda.
A las escandalosas omisiones de la investigación penal, se suma, además, la insólita forma en la que la Fiscalía recibió la única declaración testimonial de la causa.
EL ÚNICO TESTIGO QUE LA FISCALÍA ESCUCHÓ (el compañero de habitación de Guillén, que llamó a las enfermeras cuando éste desapareció) “PRESTÓ DECLARACIÓN POR TELÉFONO”.
Además, ese testimonio se recibió JUSTO ANTES DE QUE LOS ABOGADOS DE LA FAMILIA DE LA VÍCTIMA LLEGARAN A LA FISCALÍA.
NOTICIAUNO pudo saber que, “cuando los abogados Silvana Pascual y Néstor Alcain, junto a la esposa de Guillén, se presentaron en la Fiscalía –por tercera vez- a la audiencia en la que iba a testificar el compañero de habitación, se encontraron con que el testigo “ya había declarado por teléfono”. NO PUDIERON EJERCER SU DERECHO A CONTROLAR LA PRODUCCIÓN DE ESA VALIOSA PRUEBA.
¿No pudo la Fiscalía disponer sus recursos –humanos y materiales- para RECIBIR ADECUADAMENTE EL TESTIMONIO DE LA ÚLTIMA PERSONA QUE VIO CON VIDA AL PACIENTE, CON QUIEN COMPARTIÓ LA HABITACIÓN DEL HOSPITAL?
Por supuesto que la resolución fiscal que ordena el archivo de la causa OMITE QUE LA ÚNICA TESTIMONIAL FUE REALIZADA POR TELÉFONO.
Las escandalosas falencias del primer eslabón de la JUSTICIA que debió investigar a fondo -y no lo hizo- los hechos que concluyeron en la muerte de un paciente dentro de un hospital público, mientras estaba internado después de una operación, que pudo salir de su habitación sin ser visto por nadie, deambular por el hospital sin ser visto, y tomar un ascensor que falló, provocándo que cayera al vacío y perdiera la vida, sin que nada haya quedado registrado por ninguna de las veinte cámaras de seguridad que dice tener el hospital, ni ser advertido por los enfermeros, empleados, policías, ni celadores de turno (todo esto sucedió en una de las más cuestionadas gestiones de Salud de la provincia), permitirán que quienes debieron velar por su seguridad (funcionarios, empleados y los responsables de una empresa privada que cobra del Estado cientos de miles de pesos para mantener los ascensores), no respondan penalmente por lo que hicieron o no hicieron.
Para el fiscal Montrull nadie en este caso debe responder por sus acciones u omisiones. Como si Walter Guillén no hubiera muerto. En el mejor de los casos, como si hubiera muerto fruto del azar o del destino.
Walter Guillén, su esposa y sus hijos, merecen JUSTICIA. No sólo la reparación -indiscutible- a la que estará obligado el Estado.
La sociedad toda y en especial quienes deben acudir al hospital público merecen la certeza de saber que en el Estado trabajan personas diligentes y responsables que velan por la seguridad de los pacientes (funcionarios, empleados, profesionales y empresarios). Y que si no lo hacen, serán sancionados.
Esta semana, tras el archivo de la causa, uno de los tres Fiscales Coordinadores que están por encima de Montrull deberá decidir si finalmente la causa se cierra, o designan a otro funcionario judicial para que investigue seriamente un hecho que resulta INACEPTABLE e INTOLERABLE. Y CUYA IMPUNIDAD RESULTARÁ UN PREMIO A LA DESIDIA.
La familia de Guillén está dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias. Quieren LA VERDAD. Quieren JUSTICIA. No quieren IMPUNIDAD.
Fuente: Noticiauno