La cantidad de cheques rechazados “no cobrados” (aquellos casos en el que el motivo del rechazo no es formal sino que da cuenta de falta de fondos) en relación al total de cheques compensados alcanzó el 1,81% en octubre, ratio que exactamente dos años atrás no superaba el 1,32%, e incluso un año atrás era de 1,55%.
En otras palabras, la cantidad de cheques rechazados “no cobrados” creció un 15% en el último año.
En cuanto a montos, la relación de cheques rechazados “no cobrados” respecto al total compensado ascendió a 1,38% también en octubre, cuando un año atrás no superaba el 1,15%.
Esto refleja un crecimiento del monto de cheques rechazados del 59% en el último año, variación que supera holgadamente cualquier índice de precios.
Si el nivel de actividad económica no explica los problemas en la cadena de pagos, la otra variable a tener en cuenta es la tasa de interés. La súper tasa del Banco Central podría estar entorpeciendo la cadena de pagos. El dinero se demanda con fines especulativos o transaccionales. Con unas Letras del Banco Central (LEBAC) tan rentables, los proveedores pueden esperar. La orientación de una tasa de interés por encima de la inflación pone en tensión las variables reales de la economía.
Los proveedores esperando con mayores de plazo de pago y el aumento de los cheques rechazados “no cobrados” evidencian un panorama complicado para las empresas con baja posibilidad de continuar refinanciando las deudas comerciales e impositivas.
Por otro lado, un dato que nos permite ampliar el análisis es la calidad de la cartera -o morosidad- del sistema financiero. Nos permitiría tener una aproximación de la situación en que se encuentra la cadena de pagos.
Esto es relevante porque si la cantidad de cheques rechazados creció un 59% la morosidad debió tener una tendencia similar.
Los datos del informe de bancos del Banco Central de la República Argentina, tomando el periodo agosto de 2017 y diciembre de 2015, la morosidad del sector privado no financiero en los bancos privados extranjeros creció un 35,4%, en los bancos privados nacionales un 4,1% y en los bancos públicos un 0,1%.