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02/04/2018

Pobre la pobreza

A veces los políticos imitan a los religiosos y convierten en una realidad absoluta lo que es solo un recorte de una perspectiva posible.

 

“¿Qué es la verdad?” fue la pregunta que el gobernador romano Poncio Pilato le hizo con tono escéptico y sin esperar respuesta a Jesús cuando este había dicho venir a “dar testimonio acerca de la verdad”. Para Poncio Pilato, un político, la verdad no era una correlación del enunciado con la realidad sino, a los fines del gobierno, resultado de aquello que valida el poder promoviendo la circulación de esos enunciados, lo que veinte siglos después expuso detalladamente Foucault.

Heidegger, apelando al término con que los griegos designaron la verdad: aletheia, que significa literalmente desocultación, explicó que como el lenguaje también expresa la ficción del ocultamiento, la verdad debe ser arrebatada del estado de encubrimiento, que la verdad requiere descubrimiento.

En el segundo tomo de Verdad y método, Hans-Georg Gadamer recuerda que methodos significa camino para ir en busca de algo, y lo metódico es poder recorrer otra vez el camino andado porque verdadero es lo “comprobable”, lo que se puede verificar con la certeza de que siguiendo el mismo camino –el methodos– el resultado será el mismo y llegaremos al mismo lugar.

La precisión de la matemática reside en que es un sistema de signos que no dependen de la polivalencia metafórica del lenguaje ni del plurilingüismo de las distintas naciones. Pero “no hay ningún enunciado que se pueda entender únicamente por el enunciado que propone; cada uno tiene su motivación y presupuestos que él no enuncia”.

Anibal Fernández ya había sostenido que Argentina tenía menos pobres que Alemania

El abuso de la matemática como herramienta de argumentación en el debate político es muy habitual, especialmente en las mediciones de pobreza. El cinismo de Aníbal Fernández lo llevó hasta sostener que Argentina tenía menos pobres que Alemania, comparando distintas formas de medición: en Alemania se expresa como porcentaje de la población que gana menos de la mitad del sueldo medio.

Y esta semana, Macri anunció que en solo un año y medio la pobreza bajó tan significativamente que “pasó de estar uno de cada tres argentinos en la pobreza, en el primer semestre de 2016, a uno de cada cuatro argentinos al segundo semestre de 2017”. Como eso sería bajar un 25% la pobreza, primero Macri abusó del redondeo: los datos del Indec indican que bajó de 30,3% de pobres a 25,7%, un igualmente significativo 15%. Pero eso no fue el único abuso del uso de la estadística como evidencia de verdad de Macri.

Demostrando que el kirchnerismo está en continuo encogimiento, la oposición puso más foco en el futuro: diciembre de 2018, que en la base de cálculo sobre el pasado: diciembre de 2015. Salieron a contrastar los datos presentados por Macri a diciembre de 2017 con los de marzo de 2018, mostrando que en enero y febrero la disparada del dólar y la inflación sin actualización de sueldos hicieron retroceder la situación de la pobreza a la de 2016 (con su habitual ingenio, Página/12 tituló “La baja de la pobreza es una noticia vieja”). Ya el segundo semestre de 2017, al estar dividido en dos trimestres cuyo promedio es el 25,7% de pobres que mostró el Gobierno, se conforma de un tercer trimestre con 25% y un cuarto trimestre donde se empeoró: 26,4% de pobres.

Y no sin razón la oposición proyecta que, aun si el Gobierno lograra que en 2018 la inflación por primera vez en once años comenzara con un uno y no con un dos, como las paritarias son el 15%, si la inflación fuera del 19% o el 18%, dado que la cláusula de revisión no es automática como lo era la cláusula gatillo, habría una pérdida del salario real en 2018 de 3% o 4%.

Pero donde está el mayor abuso de la estadística por parte de Macri es en la base de cálculo sobre la cual iniciar la medición: el primer semestre de 2016, cuando debería compararse con el segundo semestre de 2015, el último en que gobernaba Cristina Kirchner. En 2016 se produjo una caída del producto bruto de 2,3% y en el trimestre abril-junio de 2016 la caída del producto bruto fue la mayor: 3,4%. Si se quería medir la evolución del índice de pobreza en los dos años de gestión de Macri, se debería haber comparado  julio-diciembre de 2017 con julio-diciembre de 2015, más allá de que no se consideren confiables las estadísticas del kirchnerismo. Pero aun sin ellas es evidente que la pobreza en el semestre enero-junio de 2016 tuvo que ser afectada por el crecimiento de la inflación, que terminó con 38% en el año, generada por la devaluación tras la salida del cepo y el mayor aumento de las tarifas congeladas. Entonces, mejorar sobre el peor momento no es lo mismo que mejorar sobre 2015 porque, aunque haya sido necesario, fue la propia política del Gobierno la que aumentó la pobreza en 2016.

Macri sostiene que de un año a otro 1,9 millones salieron de la pobreza: Premio Nobel

Los críticos más sofisticados de la medición aducen que el Indec, durante el gobierno de Macri, modificó la distribución etaria del total de la población argentina aumentando la proporción de adultos sobre los más jóvenes, lo que por sí solo reduce la pobreza ya que son los más jóvenes los más afectados por la pobreza: menores de 14 años, 40% de pobres; de 15 a 29 años, 31% de pobres; del 30 a 64 años, 21% de pobres, y más de 65 años, solo 6% de pobres.

Lo justo hubiera sido que Macri anunciara que durante 2017 se logró retrotraer el efecto de mayor pobreza generado en 2016 por las inevitables medidas de corrección macroeconómica que fue necesario implementar y a partir de ahora la tendencia a la baja será constante. Pero la política desde la época de Poncio Pilato tiene una relación con la verdad distinta a la de la epistemología, la lógica o la semántica.

Jürgen Habermas escribió que la autorreflexión es emancipadora porque “libera al sujeto de la dependencia de poderes hipostasiados”. Hipóstasis es una palabra griega que significa “ser o sustancia verdadera” usada en ontología. En teología, hipóstasis es cada una de las tres personas que componen la Santísima Trinidad. Hipostasiar es considerar algo como una realidad absoluta.

A veces los políticos imitan a los religiosos y convierten en una realidad absoluta –hipostasian– lo que es solo un recorte de una perspectiva posible. Ojalá la pobreza siga bajando y el Gobierno tenga mucho éxito en su lucha contra ella.

 

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