Los legisladores de diez provincias compiten palmo a palmo con los diputados nacionales y cobran más de 100.000 pesos mensuales, entre dieta, gastos de representación y otras asignaciones que no necesitan justificar ni rendir.
Según un informe publicado por La Nación, en el podio se ubican los diputados provinciales de La Pampa, Chubut y Formosa, lo que deja en claro que los salarios de los diputados provinciales no están directamente vinculados a la riqueza o pobreza de sus representados o a la solvencia del estado provincial que habitan.
En todos los casos se consignan las dietas sin la bonificación por antigüedad (de 600 a 900 pesos más por año trabajado en el sector público, según la provincia) o título universitario, pero se incluyen conceptos como gastos de "representación", de "cortesía", de "bloque" y otras asignaciones cuando estas no deben justificarse. En las ocho provincias donde existe una legislatura bicameral se tomó como referencia la Cámara de Diputados.
Al tope de la lista se encuentran los diputados de La Pampa, que perciben un salario de bolsillo de 106.000 pesos, más 40.000 por gastos de bloque que no están obligados a rendir. Sí deben justificar otros 48.000 pesos destinados a subsidios y ayuda social. El salario de los legisladores pampeanos lidera el ranking desde que el gobernador Carlos Verna decidió que no pagaran Ganancias.
En Chubut, los diputados perciben en promedio 130.000 pesos, de los cuales 25.000 son gastos de bloque que no deben rendirse. Producto de la crisis que atraviesa el Estado provincial, ya no administran más pasajes terrestres.
En Formosa también llegan a 130.000 pesos. Pero es un cálculo conservador: son los 50.000 pesos que cobra en blanco y los 80.000 que recibe en negro un diputado opositor que recién ingresa (que recibe otros 80.000 para asesores). Fuentes locales indicaron que un diputado oficialista con antigüedad puede cobrar hasta 90.000 pesos en blanco y más de 200.000 en gastos reservados.
En Santa Fe, un diputado sin antigüedad ni título cobra 120.000 pesos de bolsillo. Son 70.000 pesos en dieta y 50.000 en gastos de representación. Pero, además, manejan el FUCO (Fondo Unificado de Cuentas Oficiales), que es la envidia nacional: 250.000 pesos mensuales para ayuda social, contratos y viáticos, que, si no se usan cada mes, se acumulan anualmente. Los senadores provinciales multiplican esa suma. "Es la institucionalización del mangueo", resumió un legislador.
En Misiones, un diputado raso cobra unos 110.000 pesos, apenas por encima que sus pares de Corrientes: cobran entre 91.000 y 107.000 pesos, aunque dos diputados señalaron que, en realidad, con desarraigo, movilidad y otros conceptos superan los 140.000. A partir de mayo, los correntinos manejarán 30.000 pesos mensuales más para ayuda social.
Catamarca es la envidia del NOA: un diputado raso cobra 105.000 pesos promedio: 65.000 en el recibo y 40.000 por fuera, para gastos. Es un poco más de lo que perciben los diputados porteños: 103.000 pesos de bolsillo, además de 200.000 en asesores y planta transitoria y teléfono gratis. Tramitan que se les pague el estacionamiento.
Siguen los diputados bonaerenses, con 101.000 pesos de bolsillo (incluyen 28.000 de viáticos). Pero disputan con los santafecinos otra bolsa millonaria: disponen de 600.000 pesos anuales en becas educativas y otros 600.000 para subsidios, que deben justificar.
La última provincia en arañar los 100.000 pesos es Córdoba: un diputado raso cobra 95.000 pesos de bolsillo, más 5000 en gastos de cortesía y un pasaje aéreo nacional no canjeable por mes.
Los diputados de Neuquén, Entre Ríos, Mendoza y Tierra del Fuego superan por poco los 90.000 pesos mensuales de bolsillo. Los mendocinos manejan 500.000 pesos anuales para donaciones, viáticos y combustible. Los fueguinos de Río Grande y Tolhuin cobran 33.000 pesos más por desarraigo y algunos entrerrianos acceden a vehículos oficiales.
Como contó NOTICIAUNO en octubre del año pasado, según la Ley de Presupuesto 2018, cada diputado de Entre Ríos cobra una dieta de 133.125,41 pesos este año, y duplicaron sus dietas desde que asumieron. Además del abultado monto de los sueldos y el lote de contratos a su disposición, los diputados gozan de otros privilegios a los que no accede el ciudadano común: tienen un “código especial” que les permite recuperar el descuento que sufren sus dietas por aplicación del Impuesto a las Ganancias, que, en cambio, deben pagar el resto de los trabajadores, tanto públicos como privados. Casi como la intangibilidad que garantiza la Constitución Nacional a las remuneraciones de los jueces. Encima de todo, y como una suerte de “enganche” a la inversa, los diputados se benefician también con cada aumento que otorga el Poder Ejecutivo provincial a los empleados públicos que tienen ingresos sensiblemente más bajos que los legisladores. Los 34 diputados provinciales entrerrianos también perciben Sueldo Anual Complementario –aguinaldo-.
En Río Negro cobran 80.000 pesos de bolsillo y 7000 más si deben alquilar una propiedad en Viedma (sin contar 100.000 mensuales para asesores). Los sanjuaninos cobran 46.500 pesos en blanco y otro 50% en gastos de representación.
En Salta, San Luis y Jujuy, un diputado raso cobra entre 75.000 y 77.000 pesos. En la quebrada Santa Cruz se dejó de pagar desarraigo, pero un diputado raso cobra 68.000 pesos, además de la movilidad y teléfono. En Chaco, la dieta propiamente dicha es de 31.000 pesos, pero reciben otros 30.000 en gastos sin rendición (además de 60.000 mensuales para contratos).
En La Rioja, un diputado opositor raso cobra 58.000 pesos y puede disponer de 10.000 en ayuda social. Un oficialista embolsa hasta 100.000 por ese mismo concepto. En Tucumán, luego de derogarse los gastos sociales que funcionaban como sobresueldos, un diputado raso cobra 55.000 pesos de bolsillo. Santiago del Estero cierra la lista, con módicos 41.924 pesos de bolsillo para sus diputados rasos.
Fuente: La Nación