La sede del Sindicato de Empleados de Comercio de Paraná está virtualmente “tomada” por trabajadores mercantiles afiliados a la entidad, que reclaman la reincorporación de un compañero despedido de una farmacia social por el propio titular del gremio, Daniel Ruberto. Afirman que, en el marco de la interna gremial, el diputado Ruberto, que lleva más de tres décadas en el cargo, “se presentó con un escribano en la farmacia y le ordenó al empleado Sergio González que se retirara del lugar actuando como actúa la patota sindical”.
Afiliados acamparán en la puerta del Sindicato que maneja Ruberto.
Fuentes consultadas por NOTICIAUNO, relataron que el despido llegó “luego de varios intentos de la cúpula gremial por desplazarlo del cargo”.
“Empezaron a perseguirlo cuando González comenzó a militar en la Agrupación 6 de Abril”, que conduce Walter Schalpeter, quien le disputará la conducción del sindicato a Ruberto en las próximas elecciones de renovación de autoridades.
La decisión de Ruberto -que enfrenta una seria imputación en la justicia por estar sospechado de quedarse con dinero de los afiliados en la obra social- llegó luego de una inspección municipal que, por motivos ajenos al empleado (es un simple maestranza que hacía las veces de vendedor) determinó que la farmacia presentaba serias irregularidades y hasta incluso no contaba con habilitación para funcionar.
Sucedió que González recibió y firmó el acta labrada por los inspectores municipales el día de la inspección, ante la ausencia y por indicación del farmacéutico responsable del local, que se encontraba de vacaciones.
Las fuentes consultadas explicaron que “el farmacéutico encargado de la farmacia estaba de vacaciones cuando hicieron la inspección. Los inspectores municipales labraron un acta dejando constancia de la habilitación vencida, ante lo cual González se comunicó por teléfono con el farmacéutico, quien le indicó que firme el conforme, que se haga la inspección, porque cualquier cosa que faltara se solucionaría después”.
Aprovechando la situación, Ruberto utilizó un absurdo argumento para despedirlo: dijo que el maestranza “tenía la responsabilidad de controlar la habilitación municipal de la farmacia de la entidad” ubicada en calle 25 de Mayo 168, que tenía la habilitación municipal vencida.
Sergio González, el empleado despedido.
Lo cierto es que la situación administrativa de la farmacia es complicada. “La municipalidad los tiene en jaque porque Ruberto no consigue la documentación necesaria para habilitar la farmacia”, aseguraron fuentes sindicales a este medio.
Es llamativo y avala las sospechas en torno a la persecución gremial que “el farmacéutico, responsable de la farmacia, no haya sido sancionado. Sólo despidieron al compañero que milita en la lista opositora a Ruberto”.
“Ruberto se presentó en el gremio con un escribano y le dijo al muchacho que se retirara de la farmacia, al mejor estilo de la patota sindical”.
Desde este lunes, un grupo de afiliados permanecen en el sindicato en respaldo de González, realizaron anoche una olla popular y no se irán hasta lograr su reincorporación.
Fuente: Noticiauno