Desde la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines adelantaron que está en estudio un nuevo aumento de los combustibles. La medida obedece al mayor costo del crudo y la disparada del dólar. Se especula con que “el gobierno nacional les pida retrasar el ajuste” para evitar mayor conflictividad social, pero expresaron que el Estado “no debería intervenir”. El incremento sería del siete por ciento, aunque hay quienes demandan que llegue a ser del diez. Los motivos del posible aumento se basan en la suba del costo del crudo y el incremento del dólar.
De este modo, en lo que va del 2018, las naftas sumarán al acumulado del 13,5 % desde comienzo de año este nuevo aumento. Así se llegaría entre un 20,5 % y hasta el 23,5 % de incremento en los combustibles antes del primer semestre.
"Puede pasar que haya un retraso, porque el Gobierno, que no debería intervenir, podría pedir que esperen un poco hasta que se tranquilicen las aguas y se termine la corrida cambiaria", dijo Guillermo Lego, secretario General de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines.
Las empresas petroleras aguantarían al menos unos días la suba en los precios de los combustibles líquidos, que se presenta según ellas como inevitable por los aumentos del petróleo y del tipo de cambio. Pero la presión del escenario de las últimas semanas, con el Banco Central liquidando reservas y subiendo la tasa para contener al dólar y la inflación, sumado al debate por las tarifas, llevaría a las compañías a cargar con el costo financiero de mantener el status quo.
Pese a que los cálculos de los analistas indican que el aumento debería ser no menor al 7%, por el incremento las distintas variables que hacen a los precios de las naftas y el gasoil. No obstante, aunque reconocieron que el precio del barril actual no deja mucho margen para quedarse quieto, la situación de los últimos días obliga a "pensar dos veces antes de tomar la decisión".
Por su lado, Guillermo Lego, secretario general de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha), que nuclea a los estacioneros, dijo: "Puede pasar que haya un retraso, porque el Gobierno, que no debería intervenir, podría pedir que esperen un poco hasta que se tranquilicen las aguas y se termine la corrida cambiaria. El Estado es el accionista mayoritario de YPF, (Alejandro) Bulgheroni de Axion tiene una buena relación con el Gobierno y Shell no va a querer tener problemas después de su venta a Raízen". Para Lego, el incremento debería estar entre el 5% y el 10%.
Los valores que se pagan en los surtidores están determinados por el crudo a nivel mundial, el tipo de cambio y los biocombustibles. Todos estos tuvieron alzas el mes pasado, lo que adelanta el ajuste.
La última actualización de precios se realizó fraccionada. Shell y Axion subieron un 4,5% el 5 de abril, mientras que YPF lo hizo una semana después, aunque un 3%. A principios del mes pasado, el petróleo crudo que compran las refinerías costaba u$s 67,15 por barril en su variedad Brent, que cotiza a futuro en el mercado de Londres. Ayer estaba a u$s 73,30, un 9% más. Como este valor explica cerca de un 80% de los precios de las naftas, asoma inminente el ajuste.
El promedio en lo que va de 2018 es del 13,5 por ciento. Si sumamos el aumento que se viene podría alcanzar hasta un 23,5% solo en el primer semestre.
El dólar mayorista pasó en un mes de $ 20,05 a $ 20,50, un 2% más. Las distintas intervenciones del Banco Central en el mercado de cambios durante la semana pasada, a través de las multimillonarias ventas de reservas, evitó una devaluación mayor que hubiera impactado en las estaciones de servicio y, por ende, en los precios de toda la economía.
Fuente: Cronista