Los gobernadores peronistas esperan la letra chica del acuerdo con el Fondo Monetario y están muy molestos con la forma como el Gobierno nacional pretendió involucrarlos en la crisis.
Los caciques provinciales ven a Macri repetir una lógica que no les cierra. "Esto viene de lejos. Y se va acumulando. Pasó con la ley antidespidos, con la reforma previsional, con las tarifas y ahora con el Fondo. El Gobierno prende incendios y después nos llama para apagarlos", repasó ante La Nación un gobernador peronista que estuvo esta semana en Buenos Aires. No obstante, aclaró que los cimbronazos anteriores no son ni de lejos comparables a la crisis que derivó en la vuelta al Fondo.
Entre quienes viajaron a la Casa Rosada y quienes hicieron declaraciones desde sus provincias cayó muy mal que el Gobierno difundiera sus dichos como muestras de apoyo indubitable a la decisión de recurrir al Fondo.
El gobernador Gustavo Bordet dejó en claro que todos los mandatarios del PJ quieren “lo mejor para el país”, pero señaló que la responsabilidad de gobernar es de la gestión del gobierno actual. “Ellos deben gobernar, ganaron la elección”, expresó Bordet a la salida del encuentro con Macri la semana pasada.
Los mandatarios tienen previsto reunirse en Buenos Aires mañana en la casa de Entre Ríos. Allí evaluarán la situación y las implicancias de que el gobierno nacional negocie ayuda financiera del FMI.
Tienen claro que las condiciones que el FMI imponga al Gobierno enseguida se trasladarán a las provincias. Dan por descontado un mayor recorte del gasto público y temen que una de las vías para concretarlo sea una nueva reforma previsional que reduzca haberes o suba la edad jubilatoria. También vislumbran un impacto fuerte en el nivel de actividad, el consumo y las economías regionales. Todas dagas certeras para su popularidad y para los planes de reelección que la mayoría abona de cara a 2019.
De hecho, la vuelta al Fondo no hizo más que confirmar una decisión que los caciques vienen alimentando desde hace tiempo: separar las elecciones en sus provincias de la elección nacional. Esa determinación, hasta ahora sostenida en la virtual acefalía del PJ y la falta de un candidato presidencial fuerte, se complementa ahora con una situación económica complicada.
"Era el Fondo o una recesión fuerte", les dijo Macri a los gobernadores que recibió el jueves en la Casa Rosada. Escucharon de boca del Presidente la descripción del panorama que lo decidió a acudir al FMI, además de un nuevo pedido de prudencia y una promesa de que mantendrá la obra pública. Los caciques desconfían de este último compromiso. Sobre todo, después de que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne anunciara un recorte de $30.000 millones en el presupuesto de infraestructura y, en particular, porque antes de la crisis ya venían observando demoras en el envío de fondos.
Con información de La Nación