Una menor de edad, que habría sido prostituida junto a tres hermanas por un hombre de 70 años, salió llorando de una audiencia en tribunales, tras haber identificado a un funcionario judicial –defensor oficial- como uno de sus “clientes”.
Ya de regreso en el hogar del COPNAF donde fue alojada, la niña relató a los empleados del lugar que tenía miedo porque “uno de los que estaba en la audiencia fue cliente”. Fue allí cuando identificó a un hombre que ocupa el cargo de defensor, por ahora sin concurso.
El personal del Consejo Provincial del Niño, el Adolecente y la Familia que escuchó el relato puso elevaron la denuncia al Ministerio Público Fiscal.
De comprobarse los dichos de la menor, el hecho, revelado por el diario El Entrerios, es gravísimo: alguien nombrado por el Defensor provincial Maximiliano Benítez con la misión de velar por los intereses de las menores víctimas de abusos “compraba”, como “cliente”, los “servicios sexuales” de una adolescente extremadamente vulnerable.
Días después, la chica fue entrevistada en Cámara Gesell y ratificó sus dichos. Volvió a identificar como presunto cliente al Defensor que participó de la audiencia.
El principal acusado en la causa es un hombre de 70 años, sobre quien pesa actualmente la prisión domiciliaria, señalado por la joven como quien la prostituía y conseguía los clientes. También están imputadas la madre de la víctima y una hermana mayor.
No solo ella habría sido explotada sexualmente por este hombre sino que también serían víctimas otras tres hermanas menores; la más chica, de 13 años, está embarazada.
La menor fue temporariamente trasladada a un hogar del Copnaf en Paraná.
La trama
Según pudo reconstruir El Entrerios, la denuncia de una mujer, que sospechó que en un domicilio había menores explotadas por su propia madre, habría sido el primer eslabón. Esa mujer habría intentado que interviniera el COPNAF en más de una ocasión y, producto de su insistencia, se abrió paso a una investigación, con participación de la justicia de familia y el fuero penal.
Tras una primera etapa de seguimiento, con captura de imágenes, de las actividades que se desarrollaban en una tapicería, el juez de garantías autorizó que se practicara un allanamiento. Como consecuencia de ese procedimiento, la menor fue rescatada y derivada al hogar del COPNAF ubicado en calle Alberdi de Concordia.
Estando alojada allí, tuvo lugar la audiencia durante la cual la adolescente asegura haberse encontrado con que el funcionario que le habían asignado como defensor sería uno de los clientes que abusaban de ella.
¿Qué ocurrió en esa ocasión? La chica se mostró asustada, incluso habría salido corriendo, y en razón de ello se cortó la transmisión del Zoom y se suspendió la audiencia. Eso fue por la mañana. A la tarde o noche “se fue aflojando” y le confió a una celadora del hogar que había individualizado a un cliente.
En el COPNAF le repreguntaron varias veces para verificar cuán segura estaba de lo que decía y ella se habría mantenido firme: "es él", decía, en alusión al defensor.
En ese relato ante los funcionarios del COPNAF, también contó que iba a la tapicería a bordo de una camioneta gris 4 x 4, manejada por otra persona a la que no puedo identificar con seguridad.
Otro momento relevante para la investigación fue la Cámara Gesell, realizada en la ciudad de Paraná. En su transcurso, si bien la menor nunca aludió al funcionario judicial con nombre y apellido, fue notoria su insistencia para señalarlo como "cliente" e identificarlo por su cargo: "el defensor".
En un tramo de la entrevista, volvió a decir que iba a la tapicería en una camioneta 4 x 4 gris, pero agregó un elemento nuevo, al asegurar que concurrían "el defensor y el hermano".
Durante la Cámara Gesell en la capital provincial, la adolescente se negó a dar nombres de otros clientes, poniendo como excusa el miedo a las consecuencias: "Me van a matar, es gente poderosa". Es más, hasta deslizó que podrían hacerla pasar por loca.
En su conversación inicial con funcionarios del hogar del COPNAF en Concordia había dado a entender que también "los policías" que habían llevado a cabo el allanamiento de la tapicería habían tenido relaciones con ella. En la Cámara Gesell volvió a incurrir en generalizaciones de ese tipo aludiendo a "los policías".
Otro dato que figura en el expediente es que el mismo defensor ahora acusado por la menor, en el año 2018 habría tomado intervención, en el ejercicio de su rol, en una causa relacionada con las hermanas de la chica, que habría sido finalmente archivada.
Actualmente, en la Justicia no tramita una sola causa sino varias, ya que por cada una de las hermanas de la adolescente hay una investigación abierta. En cada una de ellas, habría gente conocida "salpicada" por los relatos de las menores.
El defensor señalado por la menor negó su participación en los hechos y puso a disposición de la Justicia su celular.
A la menor se le asignó un defensor oficial de Paraná.
No obstante, al ser el acusado un conocido funcionario de la Justicia de Concordia, no resulta sencillo conseguir que todos los que intervengan en la investigación carezcan de vínculo con él. Por caso, el defensor oficial del tapicero, principal imputado en esta historia, es compañero de trabajo del defensor señalado, consignó El Entrerios.
Fuente: El Entrerios