La abogada del Foro Ecologista de Paraná y miembro de la Coordinadora Por Una Vida Sin Agrotóxicos de Entre Ríos, Aldana Sasia, se refirió en duros términos al discurso del secretario de Agricultura de la Nación, Juan José Bahillo, quien, como contó Noticiauno, en la apertura de la Expo Rural de Gualeguaychú de este domingo se refirió a la lucha de las organizaciones de defensa del ambiente que se oponen a la utilización de agrotóxicos en territorio provincial, como “posiciones ambientalistas que inmovilizan y no permiten desarrollar la producción”.
En declaraciones a este portal, Sasia señaló que “la tan mentada intencionalidad del gobierno de culminar con los discursos del odio choca por estos días con la incontrastable contradicción que realiza el funcionario a cargo de la Secretaría de Agricultura de la Nación”.
Las declaraciones de Bahillo “habilitan la propagación del avance de sustancias altamente peligrosas para la salud de la población y habilita situaciones de consumación constante del daño, como los incendios en las islas del delta del Paraná”, dijo, y advirtió que el discurso del exministro de Producción de Entre Ríos “es ajeno a la ética de la Ley Yolanda”, norma impulsada por el actual gobierno en homenaje a Yolanda Ortiz, que fue la primera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano de la Argentina, que estipula la capacitación obligatoria en Ambiente para las personas que se desempeñen en la función pública.
Bahillo “no es más que la voz cantante de un lobby OGM (organismos genéticamente modificados) y de habilitación de sobornos a la ciencia”, fustigó la profesional, quien señaló que Bahillo “no debiera desconocer lo informado por los propios funcionarios de su cartera anterior, como el informe del Director de Epidemiologia de la Provincia de Entre Ríos, Diego Garcilazo”, quien informó a la Justicia la toxicidad de los agroquímicos que se utilizan.
“La realidad del discurso ambiental, que no es la misma que la percepción de Bahillo, se plasma en datos científicos elocuentes”, sentenció Sasia, quien recordó que “el Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIMA) UNP concluyó que se detectó Glifosato en el 75% de las muestras tomadas en escuelas rurales de Entre Ríos”.
Por Aldana Sasia
La inmunidad subjetiva del Sr. Bahilo
"La tan mentada intencionalidad del gobierno de culminar con los discursos del odio, peca por estos días con la incontrastable contradicción que realiza el funcionario a cargo de la secretaría de Agricultura de la Nación.
Las declaraciones del funcionario, quien menciona “salir de las posiciones ambientalistas que inmovilizan y no permiten desarrollar la producción” involucra dimensiones éticas, morales y de credibilidad institucional que habilitan la propagación del avance de sustancias altamente peligrosas para la salud de la población y habilita situaciones de consumación constante del daño, como los incendios en las islas del delta del Paraná, las que hoy 12/09/2022 derramaron nuevamente humo en la ciudad de Rosario.
La dimensión moral de un discurso político que desestima otros modos de producción agrícola posible y sin agrotóxicos, sana y saludable, habilitada para el consumo humano y la alimentación del mundo, la que nada tienen que ver con el actual modelo de agroindustrial de producción que alimenta cerdos que ingieren poblaciones altamente demandantes de este tipo de industria cárnica y que no responde a estándares del hambre.
Este discurso ajeno a la ética de la Ley Yolanda , impulsada por este Gobierno , la cual cimenta la perspectiva de desarrollo sostenible y con especial énfasis en cambio climático, para las personas que se desempeñan en la función pública, negacionista y manipulador de la verdad, no es más que la voz cantante de un Lobby OGM y de habilitación de sobornos a la ciencia, evidenciada claramente en EE.UU donde se viene condenado a la multinacional MONSATO por ocultar información sobre la peligrosidad del Roundup luego de la desclasificación de documentos en los que surgió en uno de los correos electrónicos, que integran los papeles, escrito por la toxicóloga de Monsanto, Donna Farmer, empleada desde 1991 en la compañía de Monsanto donde decía, “No hemos hecho las pruebas No se puede decir que Roundup no sea cancerígeno”.
Gestor Político que no debiera desconocer lo informado por los propios funcionarios de su cartera anterior, como lo fuera el informe del Director de Epidemiologia de la Provincia de Entre Ríos, Diego Garcilazo, quien en oportunidad de ser consultado en las actuaciones judiciales de escuelas fumigadas informo que; “En las formulaciones de los agroquímicos generalmente hay sustancias químicas agregadas, que frecuentemente no están especificadas en el rótulo del envase y que puede tener su propia toxicidad. Muchas veces se utilizan asociaciones de plaguicidas con distintos mecanismos de acción que resultan ser sinérgicas (ejemplo: compuestos organofosforados con piretroides), es decir que dicha mezcla es más tóxica que cada componente por separado, sin mencionar los solventes que agregan su propia toxicidad”…
A su vez en dicho informe resalta sobre los graves efectos de estas sustancias mencionando expresamente la “Mutagénesis y carcinogénesis: mutagénesis es la inducción de alteraciones en el material genético de un solo gen o en el número de estructura de los cromosomas. Si el mutágeno ejerce su efecto sobre las células somáticas, el efecto no se transmite a la descendencia pero si se manifestará en el organismo expuesto, de una forma que dependerá del tipo de célula que haya sido afectada. Cuando una sustancia con capacidad mutagénica actúa sobre ovulo o espermatozoide, la mutación se podrá transmitir a las generaciones posteriores. Esto último dificulta la correlación entre la exposición a sustancias tóxicas, y sus efectos mucho tiempo después. Lo que caracteriza a la carcinogénesis es la latencia de su expresión. Un cancerígeno en células germinales causa un exceso en el riesgo de cáncer en los hijos. La exposición materna que haya contaminado la lecha, ha contaminado antes al niño en el embarazo. Muchos efectos que están incidiendo actualmente podrían ser consecuencia de exposiciones décadas anteriores, razón de más para ser extremadamente cuidadosos con lo que emitimos al ambiente. Se tiene información de efectos carcinogénicos para algunos plaguicidas organofosforados, 2,4 D, además de la capacidad de inducir malformaciones genéticas (anencefalia, anomalías orofaciales), alteraciones en la reproducción, mola hidatidiforme. Según IARC (Agencia Internación para la Investigación del Cáncer dependiente de la Organización Mundial de la Salud), 30 químicos son cancerígenos para le hombre: Hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs). Arsénico. Cromo. Cadmio. Berilio. Níquel. Formaldehído. Compuestos de Níquel. Acetato y fosfato de plomo (probable). Pesticidas. Partículas de combustión diesel. Solventes (benceno, hidrocarburos clorados). Asbestos. Sílice. Polvo de madera. Dioxinas. Aflatoxinas. Cloruro de vinilo. Benzopirenos. Se adjunta monografía con el cambio de clasificación de 5 plaguicidas realizado por la IARC. En este informe se reclasificaron 5 plaguicidas en base a una revisión periódica y sistemática que se hace de la evidencia científica en trabajos realizados. Los insecticidas tetrachlorvinfos y el parathion fueron clasificados como posiblemente carcinogénicos para humanos (grupo 2B) basados en evidencia convincente de que estos agentes causan cáncer en animales de laboratorio. El hervicida glifosato y los insecticidas malathion y diazinon fueron clasificados como probablemente carcinógenos para humanos (grupo 2A)”-
A su vez investigaciones científicas locales han dado cuenta que sustancias como las mencionadas se encuentran en agua de lluvia, en Barros del Rio Paraná, en frutas y hortalizas , en nuestra vida diaria y han dado cuenta del daño genético padecido por niños en ruralidad.
Los Agrotoxicos invisibles, pero presentes en la vida de cualquier ciudadano forman parte de los peligros que falso discurso del progreso puede convertirse en autodestrucción. Y sustentan el anunciado caos civilizatorio- el último informe presentado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) ha advertido de que el impacto del cambio climático es “más rápido, más grave y más amplio” que lo previsto hace 20 años- propiciado por una sociedad que se pone en peligro a sí misma.
La realidad del discurso ambiental, que no es la misma que la percepción del ministro, se plasma en datos científicos elocuentes que no son alcornoques arengas ecologistas y que dan cuenta por ejemplo de lo que el Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIMA) UNP concluyó en las tomas efectuadas escuelas rurales de Entre Ríos; “Se detectó Glifosato en el 75% de las muestras totales y en todas las escuelas, para ambas campañas, en al menos uno de los cuatro puntos. Se detectaron, además, insecticidas como Endosulfán, Cipermetrina y Clorpirifós en 3 escuelas durante la campaña “de alta”, cuyas concentraciones superaron hasta 1500 veces la media de Glifosato. Se advirtió Riesgo para la Salud de la población infantil en al menos uno de los sitios, por exposición a Cipermetrina. Estos resultados permiten identificar a las escuelas rurales como escenarios de exposición a agrotóxicos, tanto para la población infantil como para su personal docente y no docente”.
O de lo informado por el Comité de los Derechos del Niño, en su Observación general Nº 15 (2013) dejo sentado que ; “Los Estados han de regular y vigilar el impacto ambiental de las actividades empresariales que puedan poner en peligro el derecho del niño a la salud, su seguridad alimentaria y su acceso a agua potable y saneamiento. Las intervenciones en materia de medio ambiente deben hacer frente, entre otras cosas, al cambio climático, que es una de las principales amenazas a la salud infantil y empeora las disparidades en el estado de salud. En consecuencia, los Estados han de reservar a la salud infantil un lugar central en sus estrategias de adaptación al cambio climático y mitigación de sus consecuencias”.
O de las declaraciones de la “Asociación de Medicina General de la provincia de Buenos Aires” quienes el 30 Noviembre 2018 dieron a conocer qué; “Entendemos que la reciente Resolución Conjunta N° 1/2018 ha antepuesto los intereses del sector productivo por encima del de la salud de las comunidades, el ambiente y todas las formas de vida. Como sociedad científica nos preocupa que se omita la amplia información científica válida que demuestra los efectos negativos para la salud de la exposición a agroquímicos. Vemos con alarma cómo la Resolución Interministerial plantea la idea de avanzar con la producción agroindustrial hacia las áreas periurbanas, hoy protegidas por áreas de exclusión o de amortiguamiento, y además que considera que la única forma de hacerlo es con la utilización sistemática de “fitosanitarios”. Luego se mencionan las ‘Buenas Prácticas Agrícolas’ (BPA) como la forma de disminuir el riesgo de daño a la salud humana o ambiental, estrategia que viene siendo implementada por el Ministerio de Agroindustria desde hace más de diez años. De esta noción aseveramos: a) que las BPA constituyen un oxímoron ya que ¿cómo se van a poder hacer ‘buenas prácticas’ con agrotóxicos, que una vez que son liberados al ecosistema entran en un proceso de dispersión molecular incontrolable?; b) Si realizamos una evaluación de las BPA logradas en tantos años de su promoción vemos que la estrategia no ha funcionado, pruebas de ello son las pruebas positivas de contaminación realizadas en agua, suelos, aire, en personas, etc.; c) Que las BPA constituyen una estrategia de las empresas responsables de la producción de “fitosanitarios”. El concepto de BPA niega la naturaleza tóxica de las sustancias que diseñan y ofrecen; y deriva su responsabilidad a quienes realizan su aplicación”.
Son momentos críticos de una crisis civilizatoria humana y ambiental en la que la necesidad de eliminar los discursos de odio debería ser semejantes y uniformes en todas las esferas políticas del gobierno que lo reclama. Como funcionarios públicos representantes de toda la sociedad, no solo de un sector, el ministro debe analizar el proceso de destrucción creativa a escala mundial del modelo agorindustrial de erosión de los suelos, de pérdida de fertilidad de las tierras, de destrucción de la capacidad de producción de los ecosistemas y de gotamiento de los bienes naturales y contribución al cambio climático.
Entonces Sr. ministro no tome en cuenta el discurso ambiental, pero si el de los científicos, el de sus funcionarios locales y el de la OMS al menos".
Fuente: Noticiauno