El Encuentro Nacional de Intendentes pone en duda el alineamiento de jefes comunales no peronistas que en 2015 traccionaron para el triunfo -ajustado- del PJ.
El Primer Encuentro Nacional de Intendentes organizado por Mauricio Macri en Tecnópolis, al que asistieron casi dos mil jefes comunales de todo el país, confirma la estrategia electoral que Cambiemos ha puesto en marcha para las legislativas del año próximo. Y abre el interrogante sobre la posición que tomarán los intendentes, en especial los “independientes” del vecinalismo, en un contexto de crisis de las finanzas públicas provinciales.
Casi la mitad de los jefes comunales que participaron (unos mil) pertenecen al Vecinalismo, 570 a Cambiemos y cerca de 800 al peronismo.
Las palabras del Presidente al inaugurar el encuentro (“se abre un nuevo tiempo para los gobiernos locales”), los codazos para figurar en la primera fila de la “selfie” de cierre, y el “agradecimiento” de los intendentes por el -ahora- fácil acceso a los ámbitos nacionales de decisión, demuestran que los tiempos CAMBIARON y anuncian el escenario que se avecina.
Para los jefes comunales la convocatoria fue auspiciosa. Y la intención electoral del oficialismo nacional no les pasó inadvertida. Particularmente a los vecinalistas, cuyo respaldo al apretado triunfo del oficialismo provincial no puede desatenderse.
En ese terreno se moverán de aquí en adelante. Para la construcción política provincial el terreno es movedizo.
El mensaje de la Casa Rosada es claro: “No se necesitan los gobernadores para hablar con los municipios”. El manual de construcción política peronista indicaría activar una señal de alerta.
El oficialismo nacional intentará demostrar en el test electoral 2017 que el peronismo ya no garantiza territorialidad. Primero, por la debilidad financiera de los distritos que gobiernan. Luego por la instalación de una línea directa entre los municipios y la Nación.
El macrismo centrará sus esfuerzos en las intendencias vecinalistas y peronistas, que concentran la mayoría de municipios en todo el país.
Todo cambió.
Los intendentes vecinalistas de Entre Ríos dicen que el gobernador les ha dado “libertad de acción” para que entablen línea directa con la Nación.
Hasta el año pasado constituyeron parte importante del activo electoral del PJ y respaldaban públicamente la gestión de Sergio Urribarri (hasta dieron el sí al Sueño Entrerriano), hoy retomaron su tradicional posición “independiente”.
Ahora, el alineamiento político dependerá de las obras que lleguen a sus pueblos. Fundamentalmente de donde provengan esas obras.
Esa libertad que brinda Bordet –tal vez acorde a su tono moderado, tal vez una debilidad originada en la dependencia de recursos nacionales- es funcional a las ambiciones territoriales de Cambiemos.
Los más rápidos de reflejos ya plantean en voz alta el resquemor que existe hacia adentro del PJ por la pasividad ante la avanzada del Pro, y advierten –todavía en voz baja- la ausencia de una nítida estrategia para el 2017.
Saben que la mejor batalla es aquella que se gana porque la posición del vencedor es tan ventajosa que los enemigos dejan de serlo, convencidos de que –de lo contrario- la derrota será su único destino.
Fuente: Noticiauno
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