El sábado cerraron la Feria al público por la visita de los hijos de funcionarios macristas. Hubo catering especial para los niños y los asistentes "comunes" tuvieron que esperar que termine para ingresar.
El sábado 1 de octubre sucedió algo inédito en el predio de Villa Martelli: durante dos horas, los funcionarios del Ministerio de Educación de la Nación hicieron abrir las puertas de Tecnópolis de 10 a 12 para uso exclusivo de los hijos de quienes tienen cargos políticos en esa cartera.
Así lo reveló la periodista Mariana Moyano, quien detalló que para atender a los niños los empleados de la feria debieron asistir dos horas más temprano ese día, durante el jueves y viernes mantuvieron cerradas algunas zonas para que estuvieran preparadas especialmente para ellos y armaron espacios que luego de ser usados por sus hijos fueron desarmados.
La feria abre habitualmente los sábados y domingos a las 11 de la mañana, por eso, durante una hora, los ciudadanos que querían visitar el lugar, debieron esperar afuera sin ningún tipo de justificación.
En total, asistieron aproximadamente 45 adultos que forman parte del personal jerárquico del Ministerio de Educación de la Nación, todos con sus hijos.
Entre los asistentes estaban el Ministro de Educación y Deportes de la Nación, Esteban Bullrich, el jefe de Gabinete de esa cartera, Diego Marías, el director Nacional de Desarrollo Universitario y Voluntariado, dependiente de la secretaría de Políticas Universitarias, Pablo Domenechini; el secretario de Deportes de la Nación, Carlos Mac Allister; y el propietario de la productora que construyó el galpón del Ministerio de Educación en Tecnópolis.
Para todos ellos se dispuso, además de la utilización privada de este predio público, un catering especial, diferente al clásico sándwich de milanesa que suelen brindarles a los chicos y chicas de las escuelas que visitan Tecnópolis durante la semana.
En los días previos a la visita VIP, durante el jueves 29 y viernes 30 de septiembre, hubo sectores del predio que fueron inhabilitados al público en general para poder acondicionarlos para el uso exclusivo de los hijos de los funcionarios.
Un ejemplo de esto fue lo sucedido en el espacio denominado “Cuánto mido” por el cual pasan, miden su altura y dejan su nombre los niños y niñas que visitan el lugar.
La conducción del Ministerio de Educación hizo colocar (ver foto) una franja blanca que además de tapar los nombres de niños y niñas que habían pasado por ahí, les permitiera tener un espacio completamente limpio para que pudieran medirse.
Otra de las áreas que se acondicionó especialmente fue la del “Jardín de Infantes”. Los empleados de Tecnópolis debían tener instalado un prototipo de Jardín de Infantes para ese sábado cuando llegaran los funcionarios con sus hijos. Es uno de los proyectos que mencionan las autoridades del Ministerio de Educación de la Nación llamado “3000 jardines”, que comanda Ezequiel Christie Newbery, un ex CEO de la tabacalera Phillip Morris que actualmente se desempeña como subsecretario de Gestión Educativa.
Cerrar un predio público para uso privado de funcionarios, financiar un catering especial para los hijos del personal jerárquico y utilizar personal del Estado para ponerlo al servicio de hijos de autoridades de un Ministerio –además de la cuestión Ética- podría ser una conducta que encuadre en el artículo 261 del Código Penal Argentino, referido al delito de Peculado.
Incurre en esa conducta el funcionario público que empleare en provecho propio o de un tercero, trabajos o servicios pagados por el Estado. El delito es reprimido con una pena de prisión de 2 a 10 años más la inhabilitación perpetua y absoluta para ocupar cargos públicos.
¿Cuánto mido?
Jardín montado para ese día
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