Pese a la crítica situación en la que se encuentra la Salud Pública provincial -que motivó hasta el pedido de declaración de la emergencia sanitaria en Entre Ríos- el ministro de Salud, Ariel de la Rosa, hizo un “balance positivo” de su primer año de gestión frente a la cartera que más dolores de cabeza le trae al gobernador Gustavo Bordet.
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Secundado por su equipo, el funcionario aseguró este martes que “cumplió más del 80 por ciento de los objetivos” planteados “para este año”.
Durante este año, el hospital de referencia provincial –al igual que el resto de los nosocomios del sistema público- suspendió las cirugías por falta de insumos básicos y hasta redujeron las raciones de alimentos destinadas a los pacientes. Una situación nunca antes registrada. Ni durante la penosa gobernación de Sergio Montiel.
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El crítico estado del principal nosomio de Entre Ríos obligó al Poder Ejecutivo a intervenir para que el Ministerio de Salud ejecutara las acciones necesarias a fin de revertir la situación. Sin embargo, todo sigue igual.
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Hoy escasean los insumos. No hay normal provisión de medicamentos esenciales. Hay guardias sin médicos de guardia.
Pese al abultado presupuesto destinado a la Salud, es moneda corriente la convocatoria de organizaciones de la sociedad civil para conseguir donaciones que permitan adquirir drogas que necesitan niños con cáncer con las que los hospitales públicos no cuentan.
Tal vez la reiteración de denuncias sobre carencias coyunturales haga perder de vista la verdadera dimensión del problema de fondo.
Solo un pequeño ejemplo sirve para comprender la “discordancia” entre la satisfacción del ministro y la dura realidad de la Salud entrerriana. Mientras los niños con patologías oncológicas deben acudir a la solidaridad para no interrumpir sus tratamientos, el Ministerio de Salud de la provincia prevé gastar en publicidad más de un millón de pesos el año próximo (por fuera de las partidas publicitarias que se administran desde el Poder Ejecutivo para comunicar cuestiones atinentes a la Salud).
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Mientras los hospitales San Martín y San Roque de Paraná denunciaron que están recibiendo “la mitad de las partidas” que necesitan para funcionar, el Ministro dijo que este año ejecutó “el cien por ciento del presupuesto”.
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Casualidad o no, la satisfacción del titular de la cartera sanitaria por los objetivos alcanzados llega justo cuando recrudecen los reclamos por “las promesas incumplidas”. Aquellas promesas lanzadas “a las apuradas” cuando trascendieron rumores de renuncia.
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Ahora, cuando se acerca el tiempo del necesario balance para definir quién se queda y quien se va, y como anticipándose a cualquier decisión superior que pudiera ubicarlo fuera del área que hoy conduce, De La Rosa se encargó de comunicar a la prensa una serie de objetivos “para el 2017”.
Gustavo Bordet tiene la última palabra.
Fuente: Noticiauno